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lunes, 30 de enero de 2012

Amarrado a ti Capítulo 5


-Qué tonto eres-contesto flojo, sólo lo escucha él. Por el rabillo del ojo le veo sonreír. Es una sonrisa que no está forzada, de esas que salen solas y me la contagia. Sonrío por dentro, siento algo extraño, no sé lo que es, nunca había sentido algo parecido.
Cuando salimos de clase me acerco a él.
-Pablo-le toco el hombro y se gira-. ¿Por qué te has ido antes sin decir nada, así, sin más?
-Aaah-ríe-. Quería ver lo que hacías, no me he apartado de ti en ningún momento, iba detrás.
-¿En serio?-pongo cara de enfadada, aguantando la risa.
-Te he visto preocupada eeh. ¿Qué, estabas preocupada por mí?-me sonríe mirándome a los ojos, buscando una respuesta, insinuando.
-¿Yo? ¿Preocupada por ti? Ya eres mayorcito para saber lo que haces, ¿no crees?
-No me has contestado a la pregunta-ríe.
-No, la respuesta es no, sólo que no me gusta que te vayas sin decir nada-cruzo los brazos y bajando la cabeza. Soy tonta, sí que estaba preocupada. Es uno de los defectos que tengo, hay veces que no digo lo que siento. Un defecto de entre tantos. Le adelanto.
-Vale-sube el tono de voz-, lo tendré en cuenta.
-Más te vale-sonrío dándome la vuelta para mirarle-Bueno, me voy, que voy a perder el bus-me giro para irme y empiezo a andar.
-Aroa, espera-se pone a mi lado.
-Dime-le miro sorprendida.
-¿Te apetecería ir al concierto de Maldita Nerea este sábado conmigo? Es que tengo dos entradas. Si no quieres no pasa nada.
-Eeeh…Sí… ¡Claro! Me encantaría, claro que sí, me gusta mucho ese grupo-sonrío de oreja a oreja. Lo acabo de conocer y ya hemos quedado para este sábado. Parece una locura, bueno, lo es.
-Bueno, pues hasta mañana, y corre, que vas a perder el autobús.
-¡Sí!-grito corriendo de camino a la parada-. ¡Hasta mañana!

Ese lugar, lejos, a cientos de quilómetros
Estoy en el descanso, tengo diez minutos. No puedo dejar de pensar en ella, en su sonrisa, en toda ella. ¿Estará ella pensando en mí? No lo sé, pero mi cabeza me dice que no me haga ilusiones, seguramente no lo estará haciendo, seguro que tiene cosas más importantes. Ya hace un año, es imposible, quizá ni siquiera se acuerda de mi nombre. Miro el móvil. Nada nuevo, no hay ningún mensaje nuevo. Miro la lista de contactos, el cuarto nombre es el que más me duele tenerlo, pero no tengo el valor para eliminarlo de la lista. Aprieto el botón del medio y me salen todos sus datos. Su nombre, su teléfono y la dirección. Su teléfono, aquel que he mirado durante horas, día tras día, sin conseguir apretar el botón de llamada.  Ese simple movimiento que me lleva a escuchar su voz, la voz de Aroa. Tengo dos minutos. Sin pensarlo dos veces aprieto la tecla, sólo falta esperar.
-¡Hola! –Es su voz- Lo siento, no puedo atenderte ahora, llámame más tarde o deja tu mensaje después de la señal-es el buzón de voz. Cuelgo con rabia. Ya está hecho. Dentro de minutos u horas verá mi llamada, si es que sabe quién soy, a lo mejor ha borrado mi número.

En el autobús, de camino a casa, lejos de allí
Llevo puestos los auriculares y miro por la ventana. Veo la gente caminando, algunos tristes, otros felices. Este chico me ha alegrado el día. Hacía tiempo que no iba a ningún sitio con un chico, hace un año y algo. Decidí que iba a pasar de los chicos, no quería pasarlo mal una vez más. Pero bueno, Pablo es un chico que se merece que le conozca. Merezco pasarlo bien, con alguien que tenga las mismas aficiones que yo, por una vez después de tanto tiempo.
Voy a mirar el móvil por si me han enviado algún mensaje. Me dijo mi madre que me llamaría cuando viniese de trabajar para ver cómo me había ido. Está apagado, no quería que me sonase en mi primer día de clase. Lo enciendo y pongo mi número PIN. Al momento aparece mi fondo de pantalla y justo después una pantalla con una llamada perdida. La abro, es un número muy largo, no es el de mi madre. ¿Quién será? Es extranjero. Oh, dios… No será… No puede ser… No, por favor, no, no… Me pongo a llorar. No puede ser… Él no, Darío no… Busco corriendo en mi bolso por si todavía está el número nuevo de Darío que me dieron sus padres. Tiene que estar en el monedero.  No, no está… ¡Ah! ¡Está aquí! No puede ser… Los comparo… Sí… No quiero, pero es así… Es él… Darío… Mi Darío… ¿Y ahora qué? Tengo miedo… Tengo miedo de volver a sentir… Tengo miedo de volver a amarle… Aunque, creo que nunca le he dejado de amar… Es inevitable… Le quiero, le quiero tanto… Después de un año vuelvo a tener noticias de él… Darío… Desearía no haber visto esta llamada… Que todo siguiese su rumbo… No quiero equivocarme… Todo este tiempo intentando olvidarme de él y vuelve a aparecer en mi vida. Estoy confundida. Ese beso, nuestro beso… No, otra vez no. Suena mi móvil. Suelto corriendo mi bolso y lo dejo en el asiento de al lado. Miro corriendo la pantalla. Joder… Creía que era él…

11 comentarios:

  1. Aiiiishh pobre Aroa coñooO! :(

    Joer, se lo que se siente... Yo casi vomito (Seriamente) cuando vi en nombre de mi ex en mi movil. Y obviamente, empecé a llorar a lo bestia, y maldiciendo mi debilidad.

    besos!

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    1. Da mucha rabia ver que realmente no lo habías superado :(

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  2. Pobre Aroa! Muy bonito el capitulo. Saludos :)

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  3. Mimaa...! Aroa tiene un cristo en la cabeza, pobrecita! :( Muy bonito el capítulo, sube pronto otro! ;) Besoooos! ^^

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  4. Nuevo capitulo en mi blog, espero que te gustee :)
    http://experienciasinexplicablessma.blogspot.com
    bessitoss!!!

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  5. Hola soy tu nueva segudora me encanto tu blog es increible espero que escribas pronto si tienes tiempo pasa por mi blog chaiitoo besos

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  6. Recién empece a leer, me re enganche HERMOSOOOO, todo una re intriga, me re gustan algunos temas de Maldita Nerea buena elección :)

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  7. Pobre, Aroa, parece una chica frágil.
    Creo que no debería tomarse las cosas tan a pecho, no sé.
    Besos, Amanda.

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