Caminar... ¿Qué es? No sólo es dar un paseo, es más que eso. Es pasar por un lugar con miles de historias guardadas, olvidadas en las paredes de cada casa. Porque quizá a ti no te trae ningún recuerdo, pero quién sabe, quizá a la señora que camina delante tuyo, sí, esa anciana que no te deja pasar cuando vas con prisas, quizá a esa señora este lugar le recuerda a su primer beso o puede que a la despedida de su amor de verano cuando era joven como tú. Porque pondría las manos al fuego que ella aprecia ese lugar como a su vida y ahora ya no puede volver al pasado, no pudo parar el tiempo cuando quiso, porque el tiempo pasa y no podemos evitarlo. ¿Cuánta gente habrá pasado por allí? Seguro que no lo puedes contar con los dedos de una mano, porque seguro que son miles, miles de vidas, miles de citas acabadas en beso, peleas, reconciliaciones. Porque aunque tú no te des cuenta, todo lugar, por muy ordinario que sea, tiene su encanto.
lunes, 30 de abril de 2012
viernes, 27 de abril de 2012
Wambie
¡¡Hola!!
Hace unos días me presenté al concurso del "Blog del mes" de Wambie y....
¡Me han escogido entre los 10 finalistas!
Si os gusta este blog, me encantaría que me ayudaseis a ser el blog más votado para el mes de mayo, si os queréis pasar, aquí os dejo el enlace a la página :)
Blog del mes- Wambie
Un beso muy grande a todas/os!!
Y mil gracias :D
Hace unos días me presenté al concurso del "Blog del mes" de Wambie y....
¡Me han escogido entre los 10 finalistas!
Si os gusta este blog, me encantaría que me ayudaseis a ser el blog más votado para el mes de mayo, si os queréis pasar, aquí os dejo el enlace a la página :)
Blog del mes- Wambie
Un beso muy grande a todas/os!!
Y mil gracias :D
Para ti
Hay veces que te preguntas si realmente una persona estará siempre en tu vida, si realmente hay amigos de verdad, si sonreír vale la pena. Yo digo que sí. Sé que existen, me he ido dando cuenta con el paso de los años, viendo como mucha gente desaparece de mi vida y otra entra, pero siempre ha habido una personita a mi lado, que nunca me ha dejado sola y esa eres tú, S, sí, tú, mi mejor amiga. Vale que sí, que a veces me enfado por chorradas, pero son eso, chorradas, al igual que tú, que también te enfadas, pero bueno, no tienen importancia, porque a los segundos ya estamos bien de nuevo jaja Y después de 13 años, seguimos juntas, como hermanas, porque es lo que eres, eres como mi hermana :) Y bueno, y eso, "y los petdros grau grau grau..." jajaja Y pues nada, que aunque hoy se haya ido Pep Guardiola del Barça, es tu cumpleaños y debes pasarlo bien, qué digo bien, INCREÍBLE :) Así que, FELIZ CUMPLEAÑOS GUARRILLA! jaja
T'estimuuuu multíssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiim :D
martes, 24 de abril de 2012
Amarrado a ti Capítulo 17
Al día siguiente, en una casa de Barcelona
Tengo que darme prisa si quiero llegar a la hora con Lucía. El bus
sale en cinco minutos. Me calzo las botas y me abrigo, a la vez que bajo las
escaleras. Es difícil, pero no imposible, lo digo por experiencia. Digo adiós a
mi madre a la vez que cojo una galleta y salgo corriendo por la puerta. Buaf…
No me apetece nada hacer el trabajo, aunque bueno, por lo menos es en parejas,
no hay que trabajar tanto, es sólo la mitad.
El autobús ya está allí. Saludo al conductor y pago. Me siento en el
primer asiento libre que encuentro, no estoy para favoritismos ahora. Tengo
mucho sueño, apenas he dormido. Me arrepiento de haberle llamado, no he podido
aguantar la tentación de contactar con él, de escuchar su voz, de decirle que
le quiero. Me pongo los auriculares para desconectar del ruido chirriante de
las ruedas del viejo autobús, odio tener que ir en autobús, creo que es el peor
transporte, y más cuando se te sienta un pesado al lado, es lo peor.
Mañana he quedado con Pablo y todavía no sé qué me voy a poner… Vale
que sea sólo un concierto, pero hace tiempo que no salgo con un chico a solas.
Estoy nerviosa, no puedo evitarlo, cada vez que pienso en mañana me pongo
nerviosa. Es que Pablo es tan especial…
Pulso un botón para solicitar la parada y el conductor obedece.
Disminuye la velocidad y al final para completamente con un golpe seco que me
vuelve a sentar en mi asiento. Resoplo, siempre igual… ¿Es que no existe la
frenada suave? Buf… Cojo la mochila y bajo del autobús, no sin dedicarle antes
una sonrisa cordial y un adiós al conductor, que me mira de arriba abajo.
-Serás cerdo- murmuro, pero éste no me oye.
Camino rápido, sin perder el tiempo mirando el paisaje, y voy hacia la
entrada. No hay nadie. Genial… Me toca esperar. Ya empieza a refrescar y me
meto dentro de la universidad, no me apetece esperar afuera.
-¡Hola!- dice una voz masculina detrás de mí- ¿Qué haces tú aquí?
Me giro y le veo. Sonríe, con esa sonrisa que enamora, como siempre.
Se desabrocha el abrigo y me mira, buscando una respuesta, al ver que tardo en
contestar.
-Eh… ¡Hola! Pues que he quedado con Lucía para hacer el trabajo, ¿tú?-
consigo decir.
-Más de lo mismo, es decir, con Lucía no, yo con Marcos- se echa a
reír y le observo sonriendo. Me encanta cuando se le forman esos huequecitos en
las mejillas, le hacen tan encantador-. Por lo que parece hemos decidido venir
todos hoy para trabajar, me he encontrado ya a cuatro personas de nuestro
curso.
-¿Ah sí? ¿Quiénes? ¿Ha entrado Lucía?
-No lo sé, no la he visto y los demás no sé cómo se llaman- dice
mirando a la puerta-. Mira, ahí viene tu compañera.
-¡Ah! Menos mal- sonrío.
Lucía se acerca marcando su movimiento de caderas. Saluda con la mano,
pero mira sonriente a Pablo, que le corresponde igual. Yo sólo sonrío,
falsamente, pero lo hago. Será descarada…
-Pablo, ¿tú también vienes con nosotras?- se le ilumina el rostro.
-No- no dejo que él responda-, está esperando a Marcos para hacer el
trabajo y me estaba haciendo compañía mientras esperábamos-digo recalcando toda
la frase.
-Ah- se limita a sonreír. Ya me está cansando demasiado la chica.
Pablo me mira y veo como se aguanta la risa-, bueno, ¿vamos?
-Sí, claro- empezamos a andar- ¡Adiós Pablo, hasta mañana!- digo
despidiéndome.
Abrimos la puerta de la biblioteca y nos sentamos en una mesa al
final, al lado de un gran ventanal con vistas al jardín de atrás.
-Oye, no es por ser cotilla pero, ¿conoces a Pablo?- se sonroja. Ésta
quiere algo.
-Bueno, si se le puede llamar así, sí- sonrío.
-Es que he escuchado que os veis mañana. ¿Habéis quedado?- ¡será
cotilla!
-Ah, sí, has oído bien- sonrío-. ¿Por qué?- intento ser educada,
aunque la hubiese mandado a paseo.
-No, por nada, sólo que escuché que estaba con una chica. No sé, es lo
que me han dicho, que se lo escucharon a sus viejas amistades- ¿Qué? No puede
ser… Espero que sea mentira.
-Ah, no lo sé, pero igualmente no estamos juntos, sólo vamos a salir
como amigos, puede hacer lo que quiera- Lucía se da cuenta de lo que estoy
pensando, que estoy mal, aunque intente parecer indiferente.
-Ya…- dice chasqueando. No se cree mis palabras, pero no le voy a dar
explicaciones.
¿Será verdad? Le veo entrar por la puerta, junto con Marcos. Mira en
mi dirección, sonriendo. Intento hacer lo mismo, pero creo que sólo consigo
hacer una mueca. Estoy preocupada. Sé que no hay nada y, como yo bien he dicho,
puede hacer lo que quiera, pero me molesta que no me lo haya dicho. No sé, es
extraño. Todo lo que siento es extraño. Se sientan en la mesa que hay detrás de
Lucía. Y siento su mirada en mí, que no me quita los ojos de encima.
sábado, 21 de abril de 2012
Desapareciste...
Me pregunto qué ha pasado, qué ha ocurrido para que desaparezcas así de mi vida... ¿Que si me acuerdo de ti? De vez en cuando, éste es uno de esos momentos en que estoy pensando en ti... ¿Que si te echo de menos? No lo sé, sólo siento que me falta algo, es un pequeño vacío, no es lo mismo, quizá es eso, que te echo un poco de menos... No creas que me he olvidado, todavía me duele, me siento traicionada, pero no puedo hacer nada, sólo ocultarlo, hacer como si no pasase nada, obligarme a pensar que eres un gilipollas y no vales nada. ¿Que quizá es verdad? Puede ser... No lo sé, porque, realmente, no te conozco... Me has arrebatado el tiempo que tenía para pensar, decidiste por tu cuenta, sin decirme nada, sin darme razones, sólo desapareciste... Necesitaba hablar contigo aunque hubiese sido sólo una vez y no me diste la oportunidad de hacerlo. A veces me pregunto si tú también piensas en todo esto o si nunca te ha importado en absoluto... Quizá algún día lo leas y te acuerdes, da pena... Las promesas quedaron en el aire y las palabras se las llevó el viento...
jueves, 19 de abril de 2012
Amarrado a ti en Wattpad
¡¡¡Hola!!!
Ahora también tenéis Amarrado a ti para leerlo cuando queráis, iré añadiendo partes :D
Os dejo el enlace ok? Un beso!!!
http://www.wattpad.com/story/1227902-amarrado-a-ti-1%C2%BA-parte
Ahora también tenéis Amarrado a ti para leerlo cuando queráis, iré añadiendo partes :D
Os dejo el enlace ok? Un beso!!!
http://www.wattpad.com/story/1227902-amarrado-a-ti-1%C2%BA-parte
miércoles, 18 de abril de 2012
Amarrado a ti Capítulo 16
-¿Que has hecho qué?- No me lo
puedo creer.
-Sí, lo que oyes, ¿y a que no
sabes qué me he encontrado, o mejor dicho, qué he escuchado?- Oh, mierda… Nos
ha pillado. Me quiero morir.
-No, dime- intento parecer
calmada, indiferente.
-¡A una pareja haciéndolo
dentro!- sigue riendo. Yo no me río, mi cara ha cambiado por completo-. Dios,
no he podido evitar reírme, pero creo que no me han escuchado, normal, con el
jaleo que tenían- dice moviendo los brazos.
Oh, dios mío, eso digo yo, qué
vergüenza… Espero que nadie más lo haya
oído.
-Aunque no es la primera vez, el
año pasado también los escuché durante un tiempo porque, ¿te acuerdas que yo
hacía repaso en las horas libres? Pues tenía que pasar por allí.
-¿Pero has visto quienes eran?-
pregunto, esperando lo peor.
-No, pero es posible que fuesen,
¿sabes esa pareja del último curso? Da igual, pero creo que han sido ellos-
sigue riendo, tapándose la boca.
Suspiro. Menos mal que no nos ha
pillado. Se está riendo, pero si se hubiese enterado de que realmente éramos
nosotros, ahora estaría llorando. Me odiaría como a nadie en el mundo. Buf… Me
siento fatal.
Caminamos hacia la salida, yo
tengo que coger el autobús, mi hermana no me quiere llevar porque dice que se
le hace tarde, ella ya va a la Universidad.
Me despido de Carolina y voy
hacia la parada de autobuses.
Entrando al autobús
(Darío)
Al final he llegado tarde y he
tenido que coger el de la hora después, porque el profesor me ha parado y me ha
dicho que podría ir mañana a buscar la nota. Me he entretenido y al final he
perdido el autobús. Enseño mi bono y entro, no hay casi nadie, sólo una pareja
al fondo. Me siento por el medio y apoyo mi espalda en el cristal. Estoy
cansado, no de andar, sino por todo lo que ha ocurrido. El examen y la llamada.
Esa llamada que me ha dejado con mal cuerpo y no me deja quitármela de la
cabeza. Ella está aquí, en mis pensamientos, de forma muy intensa, más que
nunca. El autobús arranca y deseo que no pare nunca. Necesito desconectar de
todo, de todos. Podría decir que soy un privilegiado, porque no tengo que ir a
la universidad, sólo estudiar por libre y luego presentarme a los exámenes.
Pero eso no quita que pueda estar cansado. Ojalá pudiese dormirme aquí mismo.
El autobús reduce la velocidad a medida que se acerca a otra parada. Un grupo
de chicos y chicas adolescentes suben. Es entonces cuando la reconozco. Allí
está, entre el gran grupo que entra. La chica de ojos azules de esta mañana
paga y camina por el pequeño pasillo. Me mira unos instantes y se sienta en el
asiento de delante de mí. Saca un libro y empieza a leer “Amore 14” de Federico Moccia.
En un autobús, a escasos
centímetros (Mara)
Está detrás de mí y siento su
respiración detrás del sillón de plástico. Saco mi libro y empiezo a leer, o
mejor dicho lo intento, porque teniéndole tan cerca me es imposible
concentrarme. Es muy guapo. Pero no es sólo eso lo que no me deja concentrarme.
Lo que ha pasado hace una hora no para de rondar por mi cabecita. Ojalá todo
fuese más fácil. Me he dejado llevar por mis sentimientos y he dejado de lado
todo lo demás, mis problemas, mis responsabilidades ante una amiga. Lo mío con
Carlo es algo imposible, en su tiempo no pudo ser y ahora menos. Pero, para qué
engañarme, todavía sigo enamorada de él. Y lo que ha pasado hoy no ayuda mucho
a concienciarme de que no puede ser. Me tiemblan las manos y se me nubla la
vista. Aquí no… Pero es inevitable, mis ojos no pueden aguantar y derraman
millones de lágrimas. Me tapo la boca con la mano para no hacer ruido y miro
hacia la ventana, para que nadie se percate de que estoy llorando. Cuando le he
dicho a Carlo que no quería nada con él no me creía ni lo
que estaba diciendo. Carolina no se merece que yo le haga esto, me siento la
peor persona del mundo.
-¿Estás bien?- unos ojos se asoman por el hueco entre la ventana y mi
asiento.
Le miro y le veo.
Detrás de ella (Darío)
Está llorando y parece muy triste.
Me mira y asiente volviendo a mirar al frente. No la creo en absoluto,
no puede estar bien alguien que está llorando.
-¿Seguro?- insisto. El autobús se para en seco y la chica se levanta.
Corre hacia la puerta y baja, sin decir ni adiós. Me levanto y voy tras
ella. Va rápido, pero puedo alcanzarla.
-¡Espera!- grito para que me oiga-. ¡Espera!- digo poniéndome a su
lado.
Ella se para y me mira. Está muy triste, sus ojos la delatan. Seguro
se pregunta qué hago yo allí. Pero no dice nada. Sólo se limita a acercarse y
abrazarme. Su reacción me sorprende, pero no me separo, seguro que necesitaba
abrazar a alguien. La estrecho bien fuerte y sigue llorando desconsoladamente.
Así durante unos minutos. Cuando consigue calmarse un poco nos sentamos en un
banco.
Sentada en un banco, junto a él (Mara)
Me siento extraña. Él se ha preocupado por saber si estoy bien o no.
Ahora estoy mejor…
-¿Estás mejor?- dice serio. Es guapísimo.
-Sí- a la vez que asiento con la cabeza. Esbozo una leve sonrisa para
darle a entender que realmente estoy mejor. Él me ha hecho sentir mejor.
Necesitaba ese abrazo. Su rostro se relaja.
A su lado, mirándola (Darío)
Pi… Pi… ¡Qué solicitado estoy hoy! Busco el móvil en el bolsillo de mi
chaqueta y descuelgo.
-¿Sí?- respondo.
-¡Darío! Soy Leo, necesito que vengas esta tarde al campo, necesito
hablar contigo- es mi entrenador de fútbol.
-Está bien, ahora voy para allí- cuelgo, guardando de nuevo el móvil.
La chica me mira expectante.
-Perdona, pero tengo que marcharme. ¿Nos veremos?
-Seguro- sonríe sin dejar de mirarme.
-¡Ah! ¿Cómo te llamas?- grito, ya más lejos de ella.
-¡Mara! ¿Y tú?
-¡Darío! ¡Ciao!
-¡Ciao! ¡Y gracias!
¡¡Lo siento, lo siento, lo siento!! No he podido publicar nada durante toda esta semana, he estado de viaje en Italia y no he tenido el ordenador :( Llegué ayer por la noche y estoy cansada... Espero que os haya gustado el capítulo, ¡a ver qué pasa! jaja ¡¡Un beso muy muy grande a todos/as!! Os echaba de menos :( Muchísimas gracias, en serio, por seguirme, me encanta ver vuestros comentarios, ¡¡me animan mucho!! ¡¡¡Ciao!!!
lunes, 9 de abril de 2012
Amarrado a ti Capítulo 15
En una Universidad de
Milán (Darío)
Camino, pensando en lo que ha
pasado hace un rato. Todavía no me lo puedo creer. Pensaba que ya no pasaría,
que se había olvidado de mí, que era agua pasada, pero me he dado cuenta que
no, que todavía le importo y, lo más importante, que me quiere. La he llamado unos
minutos después, pero comunicaba. Necesito hablar con ella, aclarar todo lo que
acaba de ocurrir, hablar sobre el tema, sobre nosotros. Ojalá fuesen ya las
navidades, daría lo que fuera por ir a verla.
Reviso el móvil en busca de algún
mail sobre el partido del sábado. Ni uno, no sé a qué hora tengo que estar,
tendré que llamar a Andrea. Busco su número entre mi lista de contactos y pulso
el botón de llamada.
-¡Ciao Darío!- saluda en un perfecto italiano.
-Ciao Andrea, era para preguntarte a qué hora hay que estar para el
partido del sábado- Andrea sabe hablar castellano porque sus padres son
españoles.
-¡Ah! Hay que estar a las cinco
de la tarde, ¡no llegues tarde!-sigo andando, sin importarme lo que hay a mi
alrededor.
-No, no llegaré tarde, te lo prometo-río.
-Bene, bene… ¿Y el examen? ¿Cómo ha ido?
-Muy bien, creo que he
aprobado-sonrío- ¡Oh! Perdona, lo siento mucho de veras, espera que te ayudo-
sin querer me he chocado con una chica y le he tirado todas las cosas encima,
creo que va a mi curso- Bueno, Andrea, te dejo, hablamos el sábado-y cuelgo.
Me agacho y le recojo los papeles
que tiene todavía tirados por el suelo. La miro a los ojos, me resultan
familiares. Es una chica de mediana estatura, castaña y muy bonita.
-No te preocupes, ya lo recojo
yo-dice la chica, cogiendo los que tiene más a mano, yo guardo el móvil y me
levanto a su vez.
-Hola, soy Darío-digo
estrechándole la mano, ella ríe.
-Yo soy Giulia, encantada-
sonríe-, bueno, me tengo que ir a clase, ya nos veremos- dice señalando la puerta.
-Bien, pues ya nos veremos algún
día- digo dando un paso atrás, mirándola.
-Sí-dice a la vez que se recoge
un mechón del pelo y se lo coloca detrás de la oreja, sin dejar de sonreír.
Me doy media vuelta y voy hacia
la puerta de salida. Tengo que darme prisa si quiero coger el próximo autobús,
o me tendré que esperar una hora más. Así que Giulia. Menudo día… Me río de mí
mismo. En una mañana tres me han mirado y otra hemos hablado y todo. Cuando
llegue a casa me prepararé una buena comida, ya es tarde y tengo hambre.
En una casa de Barcelona
Acabo de comer. ¿Habré hecho bien
diciéndole que le quiero? Necesitaba decírselo, sabía que tenía que llamarle.
Iba a hablar con él, pero cuando ha descolgado no he sabido responder, me he
quedado en blanco y sólo he podido pronunciar las palabras “Te quiero”. Espero
haber hecho bien.
Pi…Pi… Es mi móvil. Me levanto
corriendo y miro la pantalla. Es él. Pero no lo voy a coger. Yo ya he dicho lo
que tenía que decir, no quiero hablar más. Ya hablaremos en navidad cara a
cara, de momento voy a centrarme y voy a hacer lo que toca.
En un baño averiado
(Mara)
Él sale del baño, mientras yo me
acabo de vestir. Todavía no me puedo creer lo que acaba de ocurrir. Hemos
vuelto al pasado, pero ha sido diferente. Hace un tiempo era amor, ahora sólo
ha sido odio y sexo. Me miro al espejo y me peino un poco como puedo.
-¿Y ahora qué?-dice mirándome a
través del espejo mientras me echo un poco de agua en el rostro.
-Nada-susurro, mirando al frente,
abrochándome la camisa.
-¿Cómo que nada?- dice perplejo,
mirándome la mano que abrocha el último botón.
-Lo que has oído- digo cortante-.
Este sábado irás con Carolina y la harás feliz, no le digas nada de lo que ha
ocurrido, es mi mejor amiga y no quiero que sufra. Esto no ha estado bien y no
quiero que vuelva a ocurrir- digo encaminándome hacia la puerta.
-Oh, vamos Mara- dice sujetándome
la mano y acercándome a él de nuevo-. Sabes que te quiero.
-No Carlo- digo mirando al
suelo-, no sabes lo que yo he pasado.
-Mara, aquel día estaba borracho,
ya lo sabes- dice mirándome a los ojos.
-¡Basta!- me aparto de él
bruscamente-. ¡Eso no es excusa! Tú sólo querías rollo conmigo, ya está, ya lo
has tenido, se acabó- abandono el baño y voy hacia clase.
Me siento fatal, pero no voy a
llorar. Se ha aprovechado de mí. Él sabía que yo no me podría resistir a él
porque le quería. Ahora lo entiendo todo, espero que a Carolina no le haga lo
mismo, está muy enamorada de él. Buf… Sé que debería contárselo, pero me
odiaría y no quiero tener problemas con ella, es muy importante para mí. No sé
qué voy a hacer… Tengo un lío en la cabeza…
Cuando entro a clase Carolina
viene corriendo hacia mí.
-¿Dónde te habías metido? ¡Te he
estado buscando por todos lados!
-¿Ah sí? Perdona, es que me
encontraba mal y he salido al patio a tomar el aire un rato.
-¿Ahora estás mejor?- dice
mirándome- Haces mala cara.
-Supongo que estoy mejor, no lo
sé- digo sentándome en mi pupitre y enseñando una leve sonrisa.
Toca el timbre y veo como Carlo entra por la
puerta. Carolina se sienta a mi lado a la vez que entra el profesor de
filosofía. Miro a Carlo de reojo, pero él mira al frente, muy serio, parece
enfadado, y con razón.
-¡Ah! ¡Mara! ¿Sabes qué?- dice
riendo, después de salir de clase.
-No, ¿qué?- digo, esperando que
no sea nada malo.
-Cuando antes te estaba buscando
he ido a donde está el baño averiado.
No siempre querer es poder
Sentirse como una mierda es poco. Sé que me prometí ser feliz, pero no puedo serlo si tú no estás. Y es que, ojalá pudiese volver al pasado, empezar de nuevo, pero sé que no puedo, que es imposible, que no siempre querer es poder. Te prometí una respuesta, pero no puedo, todavía no sé qué pensar, no sé qué decir. Estoy dividida en dos, estoy entre la espada y la pared. Necesito una razón, un venazo que me diga que merece la pena arriesgar. El problema es que no lo tengo, no sé dónde encontrarlo y, como muchas otras veces, me siento perdida, buscando nada. Lo he pasado mal, pero ahora que te has ido también, no sé qué es peor. Sé que no debería pensar tanto, pero no puedo evitarlo, soy así, le doy muchas vueltas a las cosas que me importan, porque vale que la mentira duele, pero la duda me está matando por dentro. Y aunque intentes desaparecer, hacer como si nunca hubieses existido, sé lo que es intentar olvidar a alguien, no es fácil, por no decir imposible. Aún así, si te digo la verdad, no me arrepiento de nada, no me arrepiento de haberte conocido. Y quién sabe, quizá algún día nos vemos por casualidades de la vida, o por el destino.
martes, 3 de abril de 2012
Amarrado a ti Capítulo 14
En una habitación, en un
barrio de Barcelona
Abro la puerta, estoy realmente
destrozada. Decido llamar a Lucía al móvil para quedar, será mejor que me ponga
las pilas, estoy empezando y será mejor no quedarse atrás.
-¿Sí?-responde una voz femenina.
-Hola, ¿está Lucía?
-Sí, soy yo, ¿quién eres?
-Soy Aroa, es para quedar para
hacer el trabajo-hago una pausa al ver que no responde- ¿Cuándo podrías quedar?
-Eh… Espera un momento-escucho
mucho ruido, pero se calma, hasta no escuchar nada-¿mañana puedes?
-Sí, me va genial- respondo.
-Bien… pues quedamos mañana en la
puerta de la Universidad… ¿a las 10 te va bien?-dice al otro lado de la línea.
-Sí, me va bien. ¡Nos vemos
mañana! Adiós-me despido.
-¡Adiós Aroa!-y cuelga.
Bajo las escaleras y me tiro al
sofá boca abajo. Nina viene corriendo y se lanza a chuparme la nariz. La cojo y
la dejo sobre mi tripa. Me mira, levantando las orejas. Es tan bonita…
En un comedor de Milán
(Mara)
-Hola chicas-sonríe, como sólo
sabe hacer él.
Mira a Carolina, que se levanta
corriendo y le abraza.
-Hola Carlo-saludo, haciéndole
ver que yo también estoy aquí.
Él sólo se limita a mirarme un
segundo, después se sienta al lado de Carolina. Odio que des de que lo dejamos
no me hable apenas. Ellos empiezan a hablar, dejándome de lado. Me siento fuera
de lugar, no entiendo como he podido fijarme en un chico así de prepotente.
Uff… Remuevo la ensalada, por enésima vez. Siento la mirada de Carlo en mí,
pero no me atrevo a levantar la vista.
-¡Mara! Estás embobada-dice
Carolina riéndose.
-Eh… Sí, lo siento… ¿Decías
algo?-susurro, mirándola fijamente y poniéndome colorada.
-Sí, que ha sido muy bueno
dejándote sus ejercicios-Carlo me mira, después de las palabras de Carolina.
-Eh… Sí, gracias de
nuevo-nuestros ojos conectan unos instantes, buscando un pasado que ya es
historia.
-De nada- carraspea.
-Bueno chicos, me tengo que ir a
la taquilla-me levanto- Carolina, nos vemos después ¿vale?-digo alejándome.
¡Por fin! Qué mal rato que he pasado…
Camino por los pasillos, en busca
de mi taquilla, la 204. Hay mucho ruido y pienso que es buena idea ponerme los
auriculares. Saco mi mp4 del bolsillo y pulso Play. Suena “Ti scattero una
foto” de Tiziano Ferro. Es una de mis preferidas. Abro la taquilla y saco los
libros que necesito para la última clase. Al cerrarla me encuentro con sus ojos
verdes.
-Mara…-susurra, muy cerca, quizá
demasiado.
-Contigo quería hablar
yo-susurro, después de observar que Carolina no está por el pasillo.
Me sujeta el codo con firmeza y
nos encaminamos a un lugar conocido, donde hacía ya tiempo que no iba. Miles de
recuerdos me vienen a la cabeza y me impiden pensar que no estoy allí para lo
mismo que las veces anteriores.
-Dime-susurra, soltándome y
apoyándose en la pared del baño averiado. Hay muy poco espacio para pensar con
coherencia.
-Pues- intento ordenar mis
ideas-, lo primero, ¿por qué me has dejado los apuntes, si hacía tiempo que no
nos dirigíamos ni una palabra?-consigo pronunciar, aguantando los nervios.
-Porque me apetecía y te he visto
apurada- no le creo, menuda tontería.
-Sí, claro… No es la primera vez
que no hago los deberes y no me los has dejado las demás veces- alzo un poco la
voz sin darme cuenta.
-Pero hoy es-hace una pausa.
-¿Qué es hoy?-digo más fuerte. Él
se abalanza sobre mí y me tapa la boca con la mano, evitando que nos oigan. Se
escuchan pasos, pero éstos enseguida cesan-. ¿Qué es hoy?-repito, ésta vez más
flojo, después de que aparte su mano, intentando que no nos escuchen. Él dirige la mirada al suelo, en busca de una
respuesta y luego vuelve a fijar sus ojos en los míos y me pierdo en ellos.
-Hoy es diferente.
¿Diferente? Vamos…
-¿Diferente a qué?- sigo
mirándole a los ojos, en busca de una respuesta-. ¿Al día que lo dejamos?- no
sé a qué ha venido esa pregunta, pero me ha salido del alma.
Carlo baja la mirada, seguramente
está recordando ese día.
-No me hables de ese día-susurra,
dándose la vuelta y apoyando los codos en la pared de plástico llena de nombres
a rotulador.
-¿Por qué, acaso tienes miedo a
recordar? Te recuerdo que no fui yo quien lo dejó-digo, sabiendo que le duelen
las palabras, pero quiero desahogarme, aunque a mí también me hieren.
-Cállate por favor-dice tenso.
-¿Te acuerdas?-sigo hablando,
haciendo caso omiso a su orden-. Era junio, y habíamos quedado todos juntos, en
ese tiempo estábamos juntos, a escondidas, pero lo estábamos, y tú no tenías
derecho a…-no puedo acabar la frase.
-¡Cállate!- chilla, girándose
hacia mí, mirándome a escasos centímetros.
-¿Que me calle?-río-, fuiste tú
quien se enrolló delante de mis narices con esa zorra- pronuncio la última
palabra recordando a esa chica, con cara de asco-. ¡Te odio! ¡Te odio como a
nadie en este mundo!
-Yo te odio más, por no haberme
dicho antes todo esto y que me hayas hecho sentir mal-se abalanza sobre mí y me
besa apasionadamente.
Yo no me resisto, dejo que siga.
Es un beso lleno de odio y rabia acumulada dentro de un baño averiado. Es
inevitable que se me escape alguna que otra lágrima, me siento fatal. Mis manos
se deslizan sobre su abdomen, ahora ya desnudo, mientras él me besa el cuello.
lunes, 2 de abril de 2012
Ser feliz para siempre
Si hay que soñar, soñaré con la felicidad.
Si hay que reír, me reiré de mí misma.
Si hay que sonreír, sonreiré a todo el mundo que pase.
Si hay que llorar, lloraré, pero no por ti.
Si hay que saltar, saltaré lo más alto que pueda y más.
Si hay que arriesgar, arriesgaré todo por conseguir lo que quiero.
Si hay que gritar, gritaré hasta quedarme afónica.
Si hay que correr, lo haré hasta que me fallen las piernas.
Si hay que equivocarse, lo haré, con tal de aprender para la próxima vez.
Si hay que perdonar, perdonaré a las personas que realmente se lo merecen.
Si hay que decir "Te quiero", lo diré gritando sin esconderme de nada.
Porque es el momento de dejar todo atrás, de sonreír a la vida con una sonrisa de oreja a oreja, eso sí, sincera. De olvidar todo lo malo, de dejarme llevar por todo lo bueno. De disfrutar de la vida, que sólo son dos días. Ya he pasado uno llorando, el día que me queda será para ser feliz, para gritarle al mundo que soy yo, que nadie me va a cortar las alas. Voy a dejar que el tiempo decida, pero si tengo que ir a contracorriente lo haré, sin que nadie me pare los pies. Porque es el momento de sonreír a todo lo malo, haciendo que sea más llevadero, y si hace falta, iré cantando "Don't worry, be happy" desgarrándome la voz con tal de ser feliz para siempre.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)