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martes, 30 de julio de 2013

Amarrado a ti Capítulo 83

-¡No digas eso, hay cosas que valen la pena, gente que te quiere!- Sujeto sus brazos, evitando que vuelva a dar otro puñetazo y rompa la puerta.
-Eso es mentira, ella era mi mundo y me ha dejado por otro tío. ¡Ya no sé qué hacer, Laia! 
-Debes olvidarte de ella, ya habrá otras chicas que te quieran más que a nadie.
-No quiero a nadie más que a ella- siento una gran punzada en el pecho al escuchar sus palabras.
-No digas tonterías, todo se supera- miento, yo todavía estoy enamorada de él.
-Dudo que pueda hacerlo- se deja caer en el suelo y apoya la cabeza en la madera de la puerta.
-¡Si te ha dejado ir es porque no te quería tanto como creías!- suelto sin pensar y me agacho para poder mirarle a los ojos.
-Tú también me dejaste- Me siento como si me tirase una jarra de agua fría.
-Fue diferente, yo no te dejé por nadie, yo te quier… te quería- rectifico.
-Pero te necesitaba y te fuiste, ¡lo eras todo!
-¿Ves? Y lo has superado, esta vez también lo conseguirás.
-No, ya me he cansado de todo esto, no sirve de nada, todo me sale mal, no pienso pillarme de nadie más- confiesa.
-Eso es imposible, yo también me lo he dicho mil veces y esta vez no lo he conseguido cumplir.
-¿A qué te refieres?- Mierda, se me ha escapado, no quiero que se entere que todavía siento por él.
-A nada, centrémonos en ti- intento cambiar de nuevo el rumbo de nuestra conversación.
-No, cuéntame, ¿qué has querido decir?- se acerca a mí y me mira esperando a que conteste.
Observo sus ojos oscuros a menos de medio metro de mí y siento una gran atracción hacia él que intento controlar lo mejor que puedo.
-Será mejor que me vaya a dormir- me levanto esquivando su profunda mirada y camino hacia la habitación-. Te he dejado la cena en la mesa de la cocina, que aproveche- intento sonreír-, buenas noches, Pablo- me acerco a él y le doy un beso en la frente. Inmediatamente, desaparezco de su campo de visión y me deshago del pijama, dispuesta a acostarme. 
Me miro en el espejo a los ojos y veo tristeza. Hacía tiempo que no me sentía así, vacía, con tanta necesidad de estar con él y no poder complacerme. 
 
La puerta se abre de repente y me encuentro con sus ojos a través del espejo. 
-Oh, dios, lo siento- se tapa los ojos con la mano libre y se pone rojo.
-Pablo, como si nunca me hubieses visto así, no eres un niño pequeño. 
-No pretendía verte así, lo siento, sólo venía a buscar una camiseta- se disculpa, quitándose la mano de la cara.
 
 
En la puerta de esa habitación (Pablo)
 
Siento cómo me ruborizo de forma inmediata al encontrarme con Laia en ropa interior. 
-¿No quieres cenar conmigo?- pregunto extrañado, tratando de parecer tranquilo.
-No tengo hambre, lo siento- responde secamente, mientras se acerca a mí. 
Se me corta el aliento al tenerla tan cerca así y por milésimas de segundo siento el impulso de lanzarla contra la cama. 
-¿Qué te pasa, Laia?
-¿Qué me pasa de qué?
-Te has ido así sin más, diciéndome que te ibas a dormir sin contarme eso.
-Son tonterías, déjalas estar- sus ojos se empañan y la veo tan delicada…
-Vamos, Laia- sujeto su mano al verla tan indecisa-, yo te he explicado lo que me ha pasado a mí, puedes contármelo- le sonrío.
Se aleja de mí y se sienta en la cama con la cabeza gacha, todavía en ropa interior. Mis ojos se desvían sin querer para observar su cuerpo detenidamente. ¿Por qué siento este cúmulo de sensaciones? Creí que ya estaba olvidado lo nuestro, pero mi corazón se ve que no lo entiende. Ese conjunto de encaje rosa pastel le queda de maravilla a su tímida piel morena. 
Me acerco y me pongo de rodillas ante ella, apoyándome en las suyas. Laia mira el lugar dónde he colocado mis manos y se ruboriza bajo la luz clara de la lámpara. Hacía tiempo que no la veía así, es como si hubiésemos vuelto a hace dos años, como si se hubiese detenido el tiempo en sus ojos chocolate. 


¡Hola! Quería recomendaros un blog nuevo que acaban de empezar Leo, Cece y Vicky, supongo que algunos de vosotros ya les conoceréis, así que bueno, es un nuevo proyecto que han decidido iniciar los tres juntos, así que espero que os paséis... Os dejo AQUÍ el enlace :)
¡Un beso muy muy muuuy grande! ¡Os quiero mucho! <3

domingo, 28 de julio de 2013

Era el momento de subir al cielo

Sus caderas se movían al ritmo de aquella canción que callaba todos los pensamientos. Tal vez aún así no la haría olvidar nada, o quizá se olvidaría de todo por unos minutos. Miradas que no decían nada en especial, la rodeaban de manera acogedora mientras ella se perdía en los brazos del fuego. Se consumía bajo el arco iris de luces que giraba sobre su cabeza, mientras ésta abandonaba la realidad. Navegaba por mares inciertos y bailaba entre desconocidos sin importarle nada en absoluto. Se aferró a la libertad sin miedo a volar y caer, ya había tocado fondo y ahora era el momento de subir, subir al cielo después de haberse acercado a las puertas que conducían al infierno. ¡Qué oscuro todo y qué gran inmensidad! Bestialidad, fragilidad y frialdad. Ahora quemaba y los ojos de aquel desconocido ardían en la distancia. Reflejaban la llama que ella desprendía, como si de un espejo se tratase. El espejo del alma, la perdición de cualquiera, el punto débil de muchos. Sin palabras se lo dijeron todo, las miradas hacían maravillas y los dos estaban al corriente. ¿Qué decirse? Ya conocían las intenciones de noches como ésa. ¿Charlas absurdas sobre la semana y el trabajo, mientras el alcohol hacía su efecto? No, gracias; ya estaban hartos de todas esas tonterías que no llevaban a nada más que a camas deshechas y besos robados. Querían vivir, vivir sin ser culpados por ello, y viajar por el cielo infinito. 



viernes, 26 de julio de 2013

Se quebró hace mucho tiempo

Cerraría los ojos para olvidar todas las equivocaciones que una vez llegué a cometer. Lo haría con la esperanza de volver un segundo antes de que todo ocurriese y evitar lo demás. Me quedaría callada en ese espacio de tiempo en el que las agujas del reloj se detendrían por mí, para que pensase la decisión correcta y así no volver a tropezar contigo. 
Tal vez así seguiría confiando en mí como solía hacer cuando me miraba al espejo y gritaba "tú puedes con esto y más". Podría sonreír sin que mis ojos se mostrasen vacíos y podría reír hasta que me faltase el aire. Quizá así me atrevería a correr sin miedo a perderme en el olvido y a cantar sin miedo a ser escuchada. Porque tal vez así volvería a ser quien era antes, la misma ingenua que perdió los zapatos de tanto buscarte y esperó a que un príncipe llamase a su puerta con la intención de devolvérselos. Porque ésa que ilusionaste era yo y se quebró hace mucho tiempo. 

unhappy love | Tumblr

miércoles, 24 de julio de 2013

Cualquiera podría pensar que esa mujer estaba loca

Cualquiera podría pensar que esa mujer estaba loca. Había perdido el control de su propio cuerpo y se tambaleaba por calles desiertas a altas horas de la noche. Olvidada en un rincón de su habitación, recortaba revistas y diarios en busca de la perfección. El desorden de su corazón se veía reflejado en su entorno, donde no había más que sábanas mal colocadas y besos sin ese sentimiento que antes conocía con el famoso nombre de Amor. Ya no era más que un simple desconocido para ella, añoraba la sensación al sonreír y las distinguidas mariposas en el estómago. El brillo imperfecto de sus ojos se había apagado desde su partida y buscaban, ausentes, esa mirada que se fue sin dejar rastro años atrás. Las heridas seguían abiertas y ni a base de cirugías era capaz de hacerlas desaparecer. Su recuerdo era la navaja que acariciaba su cuello mientras ella se mantenía inmóvil en esa situación de límite. 
Cualquiera podría pensar que esa mujer estaba loca, porque nadie en su sano juicio sería capaz de arriesgarse a conocer su pasado. 

. | via Tumblr

Gracias por leerme...
¡Un beso muy muy muy grande! <3

lunes, 22 de julio de 2013

Amarrado a ti Capítulo 82

Capítulo 81 Extra de la semana pasada (aquí)


En un deportivo negro (Pablo)
 
Me refriego los ojos y siento escozor en los párpados. Fijo la mirada en el retrovisor y veo que están muy enrojecidos… ¿Cómo habrá vuelto a casa Aroa? Debería haberla acompañado… ¡Joder! Todavía no me puedo creer que lo nuestro se haya acabado. “Lo nuestro”. ¿Acaso existía? Por mi parte sí, pero por la suya lo dudo. Ese chico había estado todo este tiempo en su mente y ni yo he conseguido quitárselo de la cabeza. Arranco el coche y enciendo la radio en busca de una emisora decente. Empieza a sonar una canción de Despistaos, “137 horas”… Siento un gran nudo en el estómago al escuchar la letra y siento que voy a morirme, aún así no soy capaz de apagarla. 
 
Tengo grietas en los labios 

de beberte a tragos largos, 

pesadillas en tu armario, 

¡restos de ti en la boca! 

Se notan desvaríos varios, 

objetos de anticuario, 

¡corazones en pelotas 

que juegan a hacerse daño!
 
Recuerdo el roce de sus labios sobre los míos y me estremezco, parece tal real… 
Conduzco hasta los aparcamientos de mi edificio y apago la radio. Salgo y cierro con el mando a distancia. Lo guardo en el bolsillo de mi pantalón y noto como si sus manos todavía recorriesen mis vaqueros. ¿Hasta cuándo tendré esta amarga sensación? 
No espero al ascensor y decido subir por las escaleras. El tiempo se me hace eterno… Saco los llaves con torpeza y abro con un ligero movimiento. Estaba abierta… ¡Es verdad! ¡Que está Laia! Lo que me faltaba, tener que dar explicaciones… Dejo la chaqueta en el recibidor y me quedo con el torso desnudo.
-¿Pablo?- grita desde la cocina.
-Ya estoy en casa- anuncio, entrando por la puerta corrediza.
Abro el cajón superior y saco la botella Jack Daniel’s que tenía guardada para las ocasiones. Mmm, vaya ocasión… La abro bruscamente, llevándomela al comedor. Una vez allí, le doy un gran trago que me obliga a cerrar los ojos.
-¿Se puede saber qué haces?- entra Laia en el comedor y me observa atónita.
 
 
A unos metros de él (Laia) (play)
 
-Nada.
-¿Cómo que nada? ¿Qué haces bebiendo whisky ahora?- pongo los brazos en jarras, sin entender qué ocurre.
-¿No puedo?- da otro trago, bebiéndose de una sola vez casi media botella.
-Pablo, ¿qué ha pasado? Tienes unas ojeras enormes y los ojos hinchados- estoy muy preocupada por su aspecto.
-Estoy cansado, eso es todo- da otro trago.
-¿Me ves cara de gilipollas?- le arranco la botella para que deje de beber y me explique qué le pasa. Me mira de reojo y sonríe irónico.
-Lo hemos dejado, eso es todo- me la arrebata de nuevo y bebe un poco más. 
-¿Qué? ¿Y eso? ¡Pero si estabais bien!- me llevo las manos a la boca, sorprendida.
-Eso creía yo- suelta una carcajada, negando con la cabeza-. ¡Qué mierda de vida, joder!- pego un salto al ver cómo se levanta a toda velocidad y da una patada a la mesa pequeña del comedor, volcándola-. ¡Me cago en la puta!
-¡Pablo! Tranquilízate, va- intento calmarlo, poniéndome a su lado.
-Es que…- hace una pausa-. ¿Por qué mierda me ocurre a mí?- me pregunta desesperado-. ¿Por qué siempre cuando me encariño con una persona, ésta se va?- ahí no sé qué contestar, yo también hice lo mismo, me fui de su lado, aunque no por el mismo motivo.
-Lo siento… A… A veces la vida es muy injusta…- susurro, agachando la cabeza con tristeza, y trago saliva.
-¿Y por qué siempre conmigo, joder? ¿Cuándo me irán bien las cosas?- da un último trago a la botella -¡Hostia, puta, ya!- y la estampa contra la puerta, seguido de una serie ilimitada de puñetazos en la misma. 
-Para ya, por favor- suplico, cerrando los ojos y abrazándole por detrás. 
Siento su piel contra mi pijama ardiendo y temblando a la vez. Y, aunque me vaya bien que lo haya dejado con Aroa, me duele muchísimo más verle así. Sus músculos tensos se van calmando poco a poco y noto su estómago moviéndose cada vez a más velocidad. 
-Odio este puto mundo, Laia- solloza y se refriega los ojos intentando no llorar delante de mí. 

sábado, 20 de julio de 2013

Los recuerdos no vuelven al presente para quedarse...

Tenía miedo de olvidarle y ser olvidada. Últimamente sus pesadillas se caracterizaban por miradas perdidas que sobrevolaban su cuerpo y él no la reconocía. Su mirada esmeralda la atravesaba como una bala y la hacía perder el sentido de la vida. Le quitaba el aire como quien cogía unas tijeras, cortaba un hilo y todo lo que pendía de él se estampaba contra el suelo sin piedad. No podía soportar la sensación de estar con la soga en el cuello, a punto de desaparecer y que él no se diese cuenta de nada. ¡Cómo se iba a dar cuenta! Los recuerdos no vuelven al presente para quedarse...
Tenía miedo de que, con todo eso, se olvidase de él. El pensamiento de no volver a recordar su mirada, su sonrisa y sus gestos la hacían tambalearse en aguas pantanosas, en las que poco a poco se iba hundiendo en su propio sufrimiento. Le dolía pensar en él, pero no quería olvidar lo que le hacía sentir, porque por muy mal que estuviese, le quedaba el recuerdo... Su maldito recuerdo le quitaba la vida y la hacía sentir viva, un caos que ni ella sabía recomponer. 

† I'm Sky fucking Ferreira †

jueves, 18 de julio de 2013

Amarrado a ti Capítulo 81 EXTRA + Premio :)

Vuelvo al pasado, recodando el primer fin de año con él, y me viene la imagen de aquél papel con los deseos que pedí. Deseé que si nos separábamos, que volveríamos a vernos. Quizá es cierto que el destino existe y que no me va a dejar en paz hasta que cumpla ese deseo. ¿Y si mañana no siento nada por Darío cuando lo vea? 
 
La carretera se ilumina por los focos de un coche negro y amarillo, colores característicos de un taxi, y me levanto a toda prisa. Corro hacia el medio del asfalto y el coche se para justo delante de mí. Abro la puerta trasera y entro contenta porque haya llegado ya.
-Gracias por venir- suspiro a causa del frío y me refriego los ojos.
-De nada, es mi trabajo, ¿adónde la llevo?- sonríe por el retrovisor.
Le indico mi calle y asiente, encendiendo la radio.
-No es muy normal encontrarse a una joven por esta zona a estas horas.
-No tenía cómo llegar a casa- me limito a decir.
El conductor arranca y el taxi se inunda en una bonita sintonía de El sueño de Morfeo, La sensación de estar flotando. Mm… Qué adecuada…
-Perdone, ¿puede cambiar la canción?- le ruego, sin muchos ánimos.
-¿No le gusta?- me está tratando de usted.
-Eh, sí, pero no estoy para escuchar este tipo de música, ¿no tiene nada que no sea de historias de amor?- le explico.
-Lo siento, es la radio- en efecto, ahora suena la musiquita que indica la emisora.
-Bueno, da igual, gracias igualmente- resoplo.
-Al parecer no ha tenido un buen día- señala el chico treintañero que conduce.
-Está en lo cierto- le sonrío sin muchas fuerzas por el retrovisor. Tiene una sonrisa muy bonita y unos ojos verdes que llaman mucho la atención, es una pena que yo no esté para fijarme en estas cosas ahora mismo…- ¿Por qué la vida es tan complicada?- suelto desesperada.
-Si no lo fuese, no tendría sentido… No valdría la pena luchar por lo que realmente queremos. 
-Quizá tiene razón.
-Es una forma de ver la vida- suelta una pequeña carcajada.
-Me gusta- sonrío de nuevo, esta vez sin forzar.
-Bueno, señorita, ya ha llegado a su destino, y recuerde, si vale la pena no será fácil- me indica una vez el coche se ha parado y pago.
-Gracias- abro la puerta-. Buenas noches- y salgo.
-Buenas noches- él aparta la mirada y, una vez cierro yo de nuevo, el taxi desaparece entre las calles.
Resoplo al sentir de nuevo el frío contra mi piel clara. Corro hasta la puerta, deseando llegar a mi habitación y dormirme hasta mañana. Al entrar, veo a mi madre bajando las escaleras y se sorprende al ver mi aspecto.
-¿Qué te ha pasado? ¿Has llorado?
-No ha pasado nada, quiero descansar- susurro sin ganas de dar explicaciones.
-No antes de que me expliques lo que ha ocurrido. ¿Ha sido Pablo?
-No, bueno, sí, pero él no tiene la culpa… Mamá, mañana me voy a Milán- anuncio insegura.
-¡¿Que te vas a dónde?!
-A Milán, necesito ver a Darío… Ya… Ya he comprado el billete de avión…
-¿Y te vas sola?
-Sí…
-Madre mía, ¿estás segura de lo que vas a hacer?
-No, pero necesito hacerlo- confieso, sonrojándome.
-Bueno, no te voy a prohibir que vayas, lo has pasado muy mal y, aunque no me parece bien que te vayas así sin más, te apoyo en todo lo que hagas- y me abraza. 
Lo necesitaba. Necesitaba un abrazo.  
-Gracias, mamá, te quiero- le doy un beso en la mejilla y voy hacia mi habitación-. Hasta mañana- sonrío.
-Buenas noches, cariño.
 


¡Hola personitas! Sé que es extraño que suba otro capítulo esta semana, pero es que Magu me lo ha pedido y claro, no podía negarme, encima que me leéis, es que vamos, ¡qué menos podía hacer! Sé que no he acabado con tus dudas sobre lo que pasará, pero es que lo iréis viendo en los siguientes capítulos jeje

Quiero dar las gracias a Evelyn Gozalbes por nominarme en su blog :D
Contesto sólo las preguntas porque no tengo mucho tiempo :)
1.¿Quién es tu mejor amiga de Blogger?
Pues mejor amiga, lo que es amiga, no tengo una persona en especial, pero les tengo mucho cariño sobre todo a Annie Hall, Daniela, Te quiero entre nubes de algodón, Cece, Ana Belén y Alexia Wayland (mi lectora audaz), son especiales, pero igual de imprescindibles que todos los demás que me leéis :)
2.¿Qué es lo que más te gusta del verano?
La libertad...
3.¿Porqué hiciste tu blog?
Necesitaba sacar a la luz pequeños relatos... y bueno, ya veis, de momento, esto no va mal, poco a poco gracias a vosotros se va haciendo más grande. Os lo agradeceré siempre :)
4.¿Cuando hiciste tu blog?
El 25 de octubre de 2011, con esta entrada
5.¿Quién es tu cantante favorito?
Santi Balmes, bueno, más conocido dentro del grupo de Love of Lesbian...
6.¿Quién es tu actor favorito?
Ashton Kutcher *.*
7.¿Quién es tu actriz favorita?
No tengo jajaja
8.¿Cómo le conociste?
¿A quién? Si es sobre algún famoso, todavía no lo he conseguido jajaja
9.¿Cuál es tu comida favorita?
Mmm tal vez los fideos de mi abuela :)
10.¿Qué prefieres helado de chocolate,de nata,de fresa o de caramelo?
¿Pues para qué elegir si se puede mezclar todo? Eso sí, necesito probar el nuevo McFlurry de McDonald's *.*
11.¿Qué te parece mi blog?
Original :)
Bueno, ahora sí, ¡infinitas gracias por leerme! ¡Un beso muy muy muuuuy grande! <3

martes, 16 de julio de 2013

Soy amigo del viento que roza tu cara

Por favor, si me estás leyendo, léelo en voz alta. 
No vengo a contarte ningún cuento de final feliz, ni una historia de amor correspondido, es más, no vengo necesariamente a hablar de amor. Podría explicarte mil experiencias, mi eterna vida y las múltiples caídas a lo largo de ésta. 
Pero es más simple que todo eso, vengo a hablar del silencio, tu mejor amigo o peor enemigo, según me mires. Sólo soy una voz ahogada en tinta negra para ser plasmada en un fondo blanco. Supongo que ya me conocerás, hay veces que soy tu único acompañante en la vida, y aunque no me deje ver, estoy ahí, contigo. No te reprocharé nada aunque me grites y me llores, yo sólo lo aceptaré y te callaré cuando estés derrotado. 
Soy amigo del viento que roza tu cara cuando caminas y el que agacha la cabeza cuando el mejor músico saca a la luz su mejor canción. 
A veces resulto incómodo entre vosotros, tal vez no me apreciáis lo suficiente o no os conozcáis para hablar a base de miradas, porque los ojos hablan por si solos, pero sólo si sabes escucharles. Pero en otras ocasiones soy el mejor aliado de las situaciones de pareja. Oh, ya estoy hablando de amor... Perdona.
Pero es que estamos tan unidos... Los mejores pensamientos se formulan conmigo, algunos que me conocen dicen que soy tranquilo, otros que soy mágico y otros que soy insoportable...
Tu voz lo está consiguiendo, me está rompiendo en mil pedazos, ¿ves? ¡Grita! ¡GRITA Y CÁLLAME! 
Hazlo, pero antes te dejo una última cita: cuando se pierde todo, cuando ya no queda esperanza, ahí estoy yo, haciéndote compañía y me tendrás que aguantar el tiempo que haga falta hasta que tus suspiros se oigan. Así que ya sabes, recuérdame en silencio, escúchame.


the gloom


lunes, 15 de julio de 2013

Amarrado a ti Capítulo 81

En ese mismo bar (Giulia)
 
-¿Sí?- respondo, levantándome de la mesa y alejándome un poco.
-Mara, por favor, necesito hablar de lo que pasó anoche.
-Eh, lo siento, Mara… Mara no puede hablar ahora, soy Giulia, su hermana. ¿Quién eres?
-¿Dónde está Mara?- se me hace un nudo en la garganta-. Soy Davide, el hermano de Carlo- siento cierta tensión en su aclaración.
-Está…- trago saliva-. Ha tenido un accidente, está en el hospital- supongo que merece saber lo que ha ocurrido, no voy a mentirle.
-¡¿En el hospital?! ¿Qué ha ocurrido?- su voz suena muy alterada y sorprendida por mi respuesta.
-Ha tenido un accidente con un coche- intento que mi tono sea normal.
-Voy para allí- anuncia, colgando el teléfono y dejándome con la palabra en la boca.
¿Cómo pretende venir? ¡Está aquí su hermano también!
 
 

En un descampado (Aroa)
 
Camino con cuidado entre los matojos en la oscuridad de la noche, con miedo a lo que pueda encontrarme. No sé adónde ir ni qué hacer, sólo deseo llegar a la carretera lo más pronto posible. ¿Cómo ha podido hablarme así? Sé que no es justo lo que estoy haciendo, pero necesito hacerlo, necesito saber si sigo queriendo a aquel chico de ojos color avellana. Alzo la mirada, hay una serie de luces y se me viene una idea a la cabeza. 
Saco el móvil torpemente y llamo un taxi, explicándole más o menos dónde estoy. Sigo caminando hacia las luces y llego a la carretera. Está desierta… 
 
 
En la casa de la playa (Pablo)
 
-¡Hostia, puta!- lanzo con fuerza la camiseta a la chimenea en un impulso de rabia-. ¿Por qué, joder, por qué?
Me revuelvo el pelo en busca de respuestas pero no encuentro ninguna coherente que no sepa ya. Yo no pinto nada en su vida, ella estaba enamorada de ese chico y yo no soy nadie para meterme en medio. Observo la camiseta cómo se va difuminando entre las llamas y acaba convirtiéndose en cenizas, como yo.
 Odio el momento en que le pregunté si era de mi curso, cuando me crucé por primera vez con esos ojos color miel y me sonrió tímida. ¿Acaso no la he tratado como se merecía? Aunque me duela, debo reconocer que la quiero, que me he enamorado de ella como un gran idiota. Si es que, ¿quién me mandó a mí enamorarme de ella? ¿Eh, quién? 
No quiero perderla, ya la echo de menos y no hace ni un cuarto de hora que se ha ido. Se va, mañana se va… ¡No puedo dejar que se vaya, joder! Sé que es egoísta por mi parte, pero sólo de pensar en la fría sensación de no verla más me mata por dentro y por fuera. Todavía noto su piel ardiendo en las yemas de mis dedos y, en un impuso, doy un puñetazo a la pared, desconchando la pintura clara.
 
 
En un piso de Barcelona (Laia)

Dejo reposar el pollo a fuego lento… No sé si he escogido bien el menú, pero es que es domingo y pocos sitios están abiertos ya a estas horas. Estoy haciendo el pollo en escabeche y en teoría debería estar bastante más tiempo en reposo, pero no me sobran los minutos. 
Pablo estará al llegar. Vendrá sonriendo y la causa de esa sonrisa no seré yo, será ella, Aroa. Parece buena chica y no creo que sea capaz de hacerle daño, se nota que ella le quiere. Aún así, no puedo evitar sentirme mal, tengo celos y me maldigo por ello. 


En el arcén de una carretera desierta (Aroa)

Paso las manos por los mechones alborotados de mi cabello oscuro y resoplo cerrando los ojos, agobiada. Siento el frío asfalto en mis piernas, atravesando la tela de mis tejanos y me encojo, cobijándome del viento. 
No llores, no llores, Aroa, no llores. Mierda… Una lágrima recorre mi mejilla a toda velocidad y tras ésta, se deslizan miles más. Joder… ¿Por qué? ¿Por qué todo es tan complicado? ¿Por qué no puedo quererle? ¿Por qué sigo pensando en Darío? ¡Estoy hasta las narices de todo! ¡De mí, del mundo, del destino! 

viernes, 12 de julio de 2013

Entre marcas de alcohol y mujeres que soñaban con imposibles

Sentado bajo la tenue luz de ese garito de mala muerte se dejaba llevar por la suave voz de una cantautora más que se hacía ver por allí. Cada día una distinta, ya no aspiraba a conocer a ninguna, ya que al final de la noche, o desaparecían tras la puerta sin dejar ni rastro o eran rescatadas por caza-talentos que les llenaban las bragas de falsas ilusiones. Se obligaba a pensar que su vida consistía a esperar algo, tal vez sólo a que el camarero le mirase para pedirle otra copa, o tal vez algo más. El amor. Soltó una trágica carcajada ahogada en los gritos de los demás clientes. Él sólo era uno más y ese local su escondite. Su vida se consumía probablemente a una velocidad más elevada que su cigarrillo y su alma se difuminaba con el humo ahogador que procedía de su boca al exhalar. En cambio sus males quedaban perdidos por su cuerpo y le mataban lentamente. 
Le daban vértigo las diferentes velocidades en las que la vida conducía, incluso en alguna ocasión creyó que se estamparía contra algún muro. Por eso decidió sentarse en ese bar asqueroso, para aminorar la velocidad, para perderse en el mundo y para olvidarse de esa gran montaña rusa en la que vivía. 
Las personas pasaban delante de sus narices sin ni siquiera dignarse a preguntarle qué era de él, le veían como un simple mueble sin responsabilidades. Las apariencias engañaban, puede que se mostrase así, pero más allá de su mirada desorientada había un mundo aparte. Un abismo le separaba de la realidad cada vez que su mente se extraviaba por pensamientos impensables y los demás simplemente se perdían entre marcas de alcohol y mujeres que soñaban con imposibles. 

"Ahora miento y casi siempre todo el mundo lo hace.
Engaño a otros y me engaño a mí...
¿para qué diablos sirve la verdad?" 

overthinking

La entrada del Intercambio de palabras que he escrito en el blog de Marina, podéis leerla en su blog (aquí)

@enmodoavion_


Intercambio de palabras - Marina


Atardecer en París.
Autor: Nicolas Bareau.
Precio: 19,90 euros.
Nº de páginas: 304.
Sinopsis: En esta obra se nos cuenta una historia que comienza en el Cinéma Paradis, un pequeño cine de arte y ensayo que sobrevive en el corazón de París dirigido por Alain Bonnard, un hombre que cree que los sueños pueden hacerse realidad... Y que lo confirma cuando la preciosa chica del abrigo rojo que siempre se sienta en la fila 17 acepta salir con él. El sueño se convierte en pesadilla cuando la joven , de la que solo sabe el nombre, desaparece como si se la hubiera tragado la tierra justo en el momento en que Alain recibe la oferta de su vida. Una comedia llena de equívocos, divertida e inteligente como los mejores clásicos del cine. Una novela sobre la maravillosa locura que es el amor en París, algo tan mágico que solo puede ser cierto.
Opinión personal: Definitivamente, Nicolas Bareau pasa a mi lista de escritores favoritos. 
Al parecer, ha escrito tres libros, y los tres se desarrollan en París, lo que significa que en unas semanas estaré leyendo otro libro suyo. Pero ahora a lo que iba: este libro es una delicia. 
Primero, la esencia de un pequeño cine antiguo de París, ese escenario ha sido de mis favoritos.
Lo que me he reído, lo que me ha entretenido y aislado de todo... Te transporta, al igual que "La sonrisa de las mujeres", al mundo parisino, romántico e impredecible. En este libro no solo se centra en el tema del amor, sino que también tiene su lado intrigante, lo que hace que esas 300 páginas se te pasen volando. Me ha encantado.
Lo mejor: El desenlace de la parte intrigante. Me pilló totalmente desprevenida.
Lo peor: A pesar de todo, le falta ese puntillo que lo hace inolvidable. Me ha gustado mucho, pero no tanto como "La sonrisa de las mujeres".
Personajes:
Mi favorito: Soléne. 
El que peor me ha caído: Nadie.

Puntuación final:
          
5/5

***Próxima reseña: Las Pruebas.***

¡Hola! Esta vez no es Leo Presumida quien ha escrito la entrada, sino yo, Marina :33
Esto se debe a que ambas hemos participado en el "Intercambio de palabras", lo que significa que nos hemos intercambiado las entradas.
En mi blog puedes leer muchas otras reseñas como esta, las publico a menudo ya que leo mucho. También encontrarás relatos con los que pretendo hacer soñar, historias varias, sueños sueltos, alguna que otra reflexión... en resumen, es como si al hacer click en el siguiente enlace, giraras una llave que te abriera las puertas a mi mundo... http://marinaredondo.blogspot.com.es/
Un placer conoceros c:
Marina.

miércoles, 10 de julio de 2013

Esa noche del noventa y nueve llegó hasta abril

Esa oportunidad era única para dos seres únicos, sólo debían correr hacia ella y abrazarla. En esa noche eterna era lo único que necesitaban, un simple paso para volver allí dónde solían gritar, dónde podían ser libres como las nubes y los pájaros de aquel parque en el que se vieron por primera vez. Un simple giro en sus vidas depresivas que malgastaban tumbados en esa cama elástica hablando de todos esos días no vividos mientras escuchaban la voz de John Boy procedente de algún disco rayado. Sólo querían saber cómo generar incendios de nieve con una lupa enfocando a la luna y lo único que consiguieron fue quemar algunas plantas adictivas de aquel pequeño patio. Creyeron en la existencia de universos infinitos y chocaron contra el frío suelo al final de ese segundo asalto. No pudieron con la presión, con ese show de optimistas en las que sus almas tenían el papel principal, y su única reacción fue romper las ventanas para terminar bailando en la cornisa del piso veintitrés. La oportunidad se fue a pique y ella pidió que fuese cierto el jamás, pero esa noche del noventa y nueve llegó hasta abril más pronto de lo previsto. Lamentablemente, en su generación para siempre era casi y en nada se quedó.

(Pequeño homenaje a Love of Lesbian)

lunes, 8 de julio de 2013

Amarrado a ti Capítulo 80

-No entiendo cómo pude creer que podríamos ser algo- me aparto de ella, resintiéndome del dolor que me hace sentir su piel ahora mismo-. ¿Qué he hecho mal para que esto no haya podido funcionar?
-Pablo, ya te dije que estaba confusa, que necesitaba saber si sentía algo…
-¿Y necesitas ir a Milán y acostarte con él para saberlo?- la corto elevando el tono de mi voz sin querer, y me giro para mirarla con brusquedad.
Aroa se sorprende al escuchar mis palabras, siento dolor en sus ojos abiertos como platos, quizá me he pasado, pero no siento compasión alguna, y con un rápido movimiento me golpea la mejilla con fuerza, girándome la cara.
-¡Gilipollas!- su cara se inunda en lágrimas y se levanta de un salto.
-¿Acaso miento? ¡Mírame y dime si miento!- me levanto y me coloco a su lado, sujetándola por los codos y girándola hacia mí, lleno de odio.
-Pablo, por favor, yo…- se lleva las manos a la cabeza y sorbe por la nariz.
-No entiendo cómo pude creerte- escupo esas palabras-, me has utilizado.
-¿No entiendes que yo siento algo por ti? ¿Acaso crees que si te estuviese utilizando hubiese cortado este momento? Si sólo te quisiese para acostarme contigo no te lo hubiese dicho ahora.
-Te pesaría demasiado en la conciencia- observo su cuerpo de arriba a abajo y siento una gran atracción hacia ella. Aún así me obligo a respirar hondo y a contenerme.
-¡¿Por qué mierda piensas que te estoy utilizando, joder?!- grita desesperada, aunque no la quiero creer.
-Porque pensé que podía confiar en ti y me has decepcionado- anuncio serio-. Porque yo te quiero y sé que tú a mí no- me acerco a ella para mirarla bien a los ojos, eso no me lo puede negar. 
Me acerco más aún, todavía sujetándola por los brazos y, sosteniéndole la mirada, junto nuestros labios por última vez, con el odio recorriendo por mis venas. No es un beso dulce, todo lo contrario, es salvaje, robado, doloroso y una gran putada. Siento cómo sus brazos se tensan por un instante, pero se deja llevar por la sorpresa. Abro los ojos y ella me está mirando mientras me besa como nunca nadie me había besado. Sus ojos están enrojecidos y siento sus mejillas humedecidas por las lágrimas. 
-¿Cuándo te vas?- trago saliva y me separo de ella haciendo un gran esfuerzo.
-Mañana por la mañana- susurra, bajando la cabeza. 
-Perfecto, así no tendré que verte la cara en clase- aprieto los dientes.


A escasos centímetros de él (Aroa)
 
Siento un nudo en la garganta y noto que algo me atraviesa el pecho de un lado a otro, ahogándome. Mis ojos se humedecen de nuevo, pero me obligo a no llorar. Algo me dice que esas palabras no las siente, pero aún así han salido de su boca.
-Sí, es lo mejor- digo cerrando los ojos y obligándome a pensar que sí es lo mejor.
Me aparto de él con frialdad, me coloco la camiseta de nuevo y abrocho mi pantalón con torpeza. Inspiro profundamente, observando esos grandes ojos color carbón que se clavan en los míos como agujas, y me dirijo hacia la puerta, en silencio.
 
 
En el bar del hospital (Darío)
 
-Un café solo, por favor- pide casi en un suspiro.
-Lo mismo- correspondo a la mirada del camarero.
Éste se aleja, asintiendo con la cabeza, y desaparece detrás de la barra. Giulia está muy ausente y nerviosa y no sé qué hacer para que se tranquilice.
-Giulia, no pienses más en lo que ha ocurrido, todo irá bien- sujeto su mano con dulzura y entrelazo nuestros dedos sobre la mesa de mármol negro.
-Es imposible, Darío, es imposible- sus ojos se humedecen y acerco mi silla a la suya para poder abrazarla.
La chaqueta de Giulia empieza a emitir una canción de Tiziano Ferro y la aviso con un gesto de alarma. Ella se sorprende al reconocer el móvil de su hermana y atiende a la llamada.


Buf, ¿qué os ha parecido ese momento? A mí me dio pena escribirlo, pero bueno, ya veréis cómo acaba todo jeje No avanzo nada :D
¿Qué creéis que pasará? Me gustaría saber vuestra opinión sobre cómo creéis que terminará esto :)
¡Miiiil gracias por leerme! ¡Un beso muy muy muuuuuuy grande personitas! <3