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martes, 11 de junio de 2013

Amarrado a ti Capítulo 76

-¿Sí? ¿Giulia?
-¡Darío!- se me atraganta su nombre.
-¿Qué ha pasado?- dice alterado por mi tono de voz.
-Mi hermana, ha tenido un accidente- me llevo la mano a la cabeza, nerviosa.
-¿Pero está bien? Giulia, ¿dónde estás?
-No lo sé- sollozo-. En el hospital.
-Voy para allí, no tardo- anuncia.
-Gracias- cuelgo.
¡No me puedo creer que haya pasado todo esto en una sola mañana! Hace unas horas he hablado con ella, todo ha ocurrido demasiado rápido y no consigo asimilarlo.
 
 
En la sala de espera (Carlo)
 
Tengo miedo de que Mara no despierte, de que entre en estado de coma… Sé que no debería pensar en negativo, pero su estado es grave y el miedo me inunda.
Y si me pongo a pensar en lo que me ha hecho… Yo también lo hice y no puedo culparla, pero me duele lo que me ha hecho y no puedo seguir saliendo con ella. Y Carolina… Jugué a dos bandas, pero aún así me ha perdonado entre comillas y ha dejado a un lado lo ocurrido. 
La veo llegar más pálida de lo normal y me levanto de un salto del sofá donde me había sentado. 
-¿Estás bien?
-No, he visto a Mara en un bóxer- se lleva las manos a la boca y la atraigo hacia mí para que pueda llorar sin ocultarse. 
-Se pondrá bien, te lo he prometido- alza esos ojos llorosos y los clava en los míos, a lo que yo intento mostrar seguridad.
La madre de Mara vuelve por el pasillo muy ajetreada y susurrando cosas inaudibles. 
-¿Qué ocurre?- pregunta su hija, acercándose a nosotros.
-No se despierta- solloza, elevando las manos al cielo y rogándole a Dios que se ponga bien.
-Mamá, por favor, tranquilízate- Giulia la abraza intentando consolarla. 
 
 
En una cala de Barcelona (Pablo)
 
El viento frío de la brisa invernal me roza los mofletes con fuerza y siento escozor en la piel. Su risa friolera rompe el silencio en esa pequeña playa, pero queda a lo lejos, como un bonito soplido. La arena se cuela entre los dedos de mis pies, juguetona hasta llegar al dobladillo de mis pantalones, donde se detiene en forma de onda. Camino hacia el mar, cada vez más cerca, más cerca de los recuerdos, del pasado, de ella. Un fuerte empujón me obliga a avanzar más rápido y a colocar las manos en el suelo para no caerme de cara. Escucho su risa de fondo y sonrío.
-Al final me vas a tirar al agua.
-Uh, cuidado, que el niño se moja los pies.
-Tonta- río.
-No soy rubia- susurra indignada.
-Eres rubia de alma- suelto una carcajada.
-Serás…- se lanza a pegarme, pero la esquivo y me aparto corriendo de su lado- Ven aquí, ya verás.
-Nunca me pillarás- corro en dirección a unas rocas y paro en seco al ver ese conjunto de madera con matojos de algas.
-Te pillé- salta a mi espalda entre risas-. Oh- suspira al ver la escena que observo.
La pequeña barca está muy estropeada y rota por las olas, es una pena, la verdad.
-Cómo han cambiado las cosas- dice con la cabeza gacha.
-Sí, ya nada es como era antes.

4 comentarios:

  1. ALOUTNSIYTS! Que bonito el capitulo, me ha gustado mucho la parte del principio porque le dabas emoción... Y la del final me ha hecho sonreír como una boba xD
    Un beso^^

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    1. Jajaja me alegro que te haya gustado, a mí la escena de Pablo y Laia me gusta mucho :)
      ¡Un beso muy muy muuy grande! <3

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  2. Que preciosidad...y que tierno final :) Es la primera vez que paso por esta playa, no será la última. Sigo tus huellas en la arena desde ya :) Tienes un sitio fabuloso, lleno de magia y sensibilidad :)
    Que maravilla de relatos!!!
    Un abrazo inmenso!!!

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    1. ¡¡¡Joo, pues bienvenida!!!
      ¡Un beso muy muy muuuy grande! <3

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