Traducir

martes, 4 de junio de 2013

Amarrado a ti Capítulo 75

-No hay que ser muy listo para darse cuenta de eso.
-Es verdad, porque para que te des cuenta tú…
-Eh, no te pases- me da un golpe en el hombro y me retuerzo imitando un aparente dolor-. Idiota- susurra.
-Me da cosa, ¿sabes? No quiero fastidiarla.
-¿Por qué lo vas a hacer?
-No lo sé, no quiero ir muy rápido con ella- me siento extraño hablando con ella de este tema, hay que recordar que somos ex novios.
-Eso depende de la situación.
-Lo sé, pero no quiero que se acabe rápido.
-Eso nunca se sabe- mira al horizonte, seria.
-No, nunca- susurro.
-¡Pero bueno, hay que disfrutar mientras dure!- sonríe de oreja a oreja.
-Sí- susurro intentando sonreír como ella.
-¡Oh, dios, Pablo!- grita llevándose las manos a la cabeza.
-¿Qué pasa?
-¿Todavía tienes mi barca?- pregunta ilusionada.
-Creo… Creo que sí- respondo inseguro por la inesperada pregunta.
-Quiero verla, llévame, va- me sujeta del brazo y me arrastra de camino a casa de nuevo.
-Está bien, vamos… vamos a ver la barca- río.
 
En un hospital de Milán (Carlo)
 
Observo cómo se llevan a Carolina para hacerle un chequeo completo y me siento inútil. No sé nada de Mara y me tiene muy preocupado. Después de todo lo que ha ocurrido, la sigo queriendo, no igual, pero lo sigo haciendo. Ya sé que el accidente no quita todo lo que me ha hecho, pero ahora que está así no puedo echárselo en cara, ya tendré tiempo, ¿verdad? Debe recuperarse. 
-¿Es usted amigo o familiar de Mara Berneri?- me pregunta un señor mayor con bata de médico.
-Sí, soy su amigo. ¿Cómo está?
-Están haciéndole pruebas, pero sigue inconsciente.
-Oh dios mío- suspiro, dejándome caer en el sofá.
-Le seguiremos informando.
-De acuerdo, gracias- me deja solo en la sala de espera.
-¡Carlo!- una señora entra angustiada, seguida de una joven castaña.
-Señora Berneri…
-¿Cómo está mi hija? ¿Dónde está? ¿Qué ha pasado?- mira a su alrededor, buscando un médico.
-Le están haciendo pruebas.
-Pero, ¿cómo ha sido?
Le cuento cómo ha sucedido todo, la pelea, el coche, el claxon… Y el golpe.
-Oh, por favor- se aleja por el pasillo, en busca de alguna enfermera que le informe mejor.
-Carlo- susurra la chica de ojos azules-, ¿y cómo es que has venido tú?
-He venido a acompañar también a Carolina.
-Ah, entiendo, espero que algún día perdones a mi hermana- sonríe con tristeza-. Te quiere, pero ha hecho mal.
-Lo sé, pero no quiero hablar del tema- aprieto los dientes y trago saliva.
Giulia se limita a observarme con preocupación sin saber qué contestar o simplemente para no decir nada más al respecto. Se separa de mí y saca el móvil con intención de llamar a alguien.
 
 
En ese mismo hospital (Giulia)
 
Por la cara de Carlo, me temo que mi hermana no está bien, tengo miedo de que no se recupere, pero mi madre no puede verme mal. Busco el nombre de Darío en mi lista de contactos e inicio la llamada con los dedos temblorosos. Un, dos, tres toques. Contesta por favor…

2 comentarios:

  1. Buena entrada! no dejes de escribir! encantada :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Muchas gracias Sandra! Bienvenida :)
      ¡Un beso muy muy muy grande! <3

      Eliminar