Un poco de mí III

Esta vez vengo a contaros una experiencia, digamos, bastante mala, por no calificarla como la peor del mundo, aunque realmente sí lo es, al menos de momento, hasta que me fastidien más. 

Mm, no es nada fácil para mí esto, he escrito entradas hablando de ello, pero nunca así, espero que lo entendáis. ¿Alguna vez habéis hecho algo a lo que siempre os habéis negado? Que conste que no hablo de drogas ni alcohol ni sexo, eh, no quiero que penséis mal jaja Mejor os explico de qué va la cosa antes de adentrarme más en el tema. Es sobre ese tal J que a veces nombro en las entradas, lo sé, en la otra entrada os hablé del Gran Idiota, pero no es el mismo, el tal J es más antiguo, digamos que es un recuerdo, mi pasado, y el Gran Idiota el que me fastidia actualmente... Pero bueno, no vengo a hablaros de éste último, sino de mi pasado. 

Me remonto a principios de marzo del 2012... Todo empezó con una canción, Hasta que pase la tormenta, de Despistaos. Conocí a J por una red social y empezamos a hablar... Tal vez pensáis, ¿pero cómo es que te pones a hablar con alguien que no conoces? Surgió, eso es todo, ni yo me entiendo, siempre había seguido el consejo de mis padres de "no hables nunca con desconocidos". Bueno, digamos que nos hicimos amigos en la distancia, nunca nos vimos en persona ni por cam, digamos que tuve miedo a decepcionarme. ¿Y qué pasó? Desapareció, sí, así, sin más, ni yo me explico el por qué. Sé que me mintió en las cosas que me contó, me sentí gilipollas y me dio muchísima rabia el hecho que huyese de la verdad. Busqué y busqué pero no encontré nada, ni rastro, había desaparecido del mapa. Yo sabía que estaba en alguna parte, sólo necesitaba saber dónde buscar, el problema es que no encontraba el camino adecuado. No volví a saber nada de él...

Hasta hace un mes, sí, parecerá una locura, pero el puto destino hizo que nos volviésemos a encontrar. La casualidad, el destino, como lo queráis llamar, hizo que nos volviésemos a hablar. Era imposible, ni él me podía haber encontrado ni yo le encontré a él. Tal vez es cierto esa frase que dicen que si luchas por algo hasta hacer lo imposible al final lo consigues. Lo importante es que volvió a parecer, negaba que me conocía, normal, en su momento le había pillado la mentira, pero yo sabía que era él, todo era exactamente igual, su vida, su físico, su forma de hablar, todo. Incluso la música, sí, debo darle las gracias por enseñarme el indie español (Love of Lesbian, La Habitación Roja, Vetusta Morla, Supersubmarina...), porque se volvió imprescindible para mí en este último año. SABÍA QUE ERA ÉL. Y no, no quise saber nada más de él. Tal vez pensáis que estoy loca, que debería haber aprovechado esa segunda oportunidad, pero ya vi que el tiempo había hecho de las suyas y que él no quería aceptar el pasado, por lo que yo ya no tenía nada que hacer ahí, era absurdo, por eso tomé la decisión de dejar de hablar. Además, me dolía el recuerdo, pensar en él a todas horas me destrozaba y no quería volver a entrar en ese túnel sin salida, porque, ¿qué iba a conseguir? Si no se pudo en su momento, ahora ya era tarde. 

"Quién se va sin ser echado, vuelve sin ser llamado"

Espero que me hayáis podido entender en cierta forma, no me ha sido fácil explicarlo así, me duele bastante, pero me gusta también que me conozcáis más y que así podáis entender aún más algunas entradas que van dedicadas a las personas de las que he ido hablando...

Infinitas gracias por leerme y aguantarme, en serio, ya veis el cacao mental que tengo jaja

¡UN BESO MUY MUY MUUUUY GRANDE! <3

@enmodoavion_