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martes, 16 de abril de 2013

Amarrado a ti Capítulo 68





De vuelta a casa (Carlo)
 
No puedo creer que me haya dicho esto. Tengo un insoportable nudo en la garganta que me amenaza con obligarme a llorar, pero no voy a dejar que eso ocurra. He llorado muy pocas veces y ella no se merece que lo haga. Me duele, me duele muchísimo lo que me ha hecho. Si es que yo tenía razón, sabía que había algo entre ellos. 
Le pedí perdón y me lo paga de esta forma. Y encima, con Davide.  Joder, ¡con mi hermano! Le odio, le odio con todo mi corazón, me dan asco los dos.
Abro la puerta con la llave correcta y entro furioso, buscando a mi hermano. Mi madre no está en casa, mejor.
-¡Davide!- grito desde el pasillo. Su puerta está cerrada-. ¡Davide! ¡Joder, cabrón, ábreme o tiro la puerta!
Escucho un ruido extraño al otro lado de la puerta y unos pasos que se acercan. Me arde la sangre de la rabia que llevo por dentro. 
-¿Qué quieres?- estaba durmiendo y se acaba de levantar.
-¿Así que no te gustaba Mara, eh, gilipollas?- le empujo con fuerza hacia dentro de la habitación y cierro, quedándonos dentro.
-¿Qué te pasa?
-Mara me ha contado lo que ocurrió anoche, eres un capullo- le doy un puñetazo en el estómago y se retuerce sujetándose al borde de la cama-. ¿Qué, no dices nada? Eres un hijo de puta- le vuelvo a sujetar por el pelo y le doy otro puñetazo en el labio.
-¿Qué te importa lo que haga? ¡Ya no estás con ella!- grita y siento sus nudillos en mi mandíbula. Pero no me duele el golpe, me hacen mucho más daño sus palabras. 
-¡Pero no tenías el derecho a hacer lo que has hecho!
-¡Ella puede hacer lo que quiera, yo no la obligué a nada!- le vuelvo a dar un puñetazo y cae en la cama.
-¿Se puede saber qué hacéis?- la puerta de la habitación se abre de par en par y doy un paso atrás.
-Nada- susurro.
-¿Cómo que nada? ¿Por qué os pegáis?- grita con voz grave mi padre.
-Por nada.
-Mirad, me da igual por qué os habéis peleado, pero no quiero volver a ver una escena como ésta- nos observa-. Y tú, Carlo, a tu habitación, no quiero veros juntos en lo que queda de día.
Salgo y me encuentro con la cara de preocupación de mi madre.
-¿Qué ha pasado, Carlo?- pregunta angustiada, llevándose las manos a la cabeza al ver mi pésimo aspecto.
-Nada, no te preocupes, mamá.
 
 
En un Starbucks (Pablo)
 
-¿Y dónde estás viviendo ahora?- me dirijo a Laia, curioso.
-De eso mismo queríamos hablarte- interviene Javi, poniendo las manos sobre la mesa y revolviendo sus dedos sobre la servilleta.
-¿Qué ocurre?- les miro, esperando una respuesta.
-Verás, Laia ha dormido esta noche en mi casa, pero mis padres vienen hoy y no puede quedarse. Verás, quería preguntarte si podría vivir en la tuya- observo a la chica de ojos marrones y ella sonríe tímida.
-Por favor- pone morritos.
-Está bien, quédate, no pasa nada- río.
-Pero, ¿y Aroa? ¿No se enfadará?- se preocupa Laia.
-No tiene por qué, eres mi amiga, no vamos a hacer nada- se ruboriza.
-No, no, ya lo sé, pero quizá le sienta mal- baja la mirada y observa su café.
-Espero que no, sino ya se lo explicaré bien- sonrío.
-Está bien, muchas gracias- se levanta de un salto y me abraza por detrás en señal de agradecimiento. 
Intento corresponderla pero me ha pillado por sorpresa y no he podido evitar ponerme algo tenso. Es extraño, va a vivir durante unos días conmigo. ¡Conmigo! ¿Debería explicárselo a Aroa? Sí, pero siendo sincero, seguramente se enfadaría, así que de momento no se lo contaré. 
-Bueno, chavales, yo debo irme ya, que mis padres van a llegar de un momento a otro- Javi se levanta y se coloca la chaqueta de cuero.
-Vamos contigo- me levanto también-. Así Laia que coja sus maletas y que se las traiga ya a mi apartamento.
Ella también se levanta y nos sigue hasta la puerta. Laia sube en el coche de Javi y yo en el mío y nos dirigimos a la casa del chico de ojos azules.
Sonrío al recordar la noche de ayer. Fue increíble, aunque hubiese estado mejor sin la inoportuna llamada de mi amigo. Estuvimos a punto de hacerlo. Si no hubiese sonado mi móvil… Suspiro, sintiendo un escalofrío y unas ganas de volver a estar con ella impresionantes. 
Enciendo el reproductor de música y empieza a sonar Sobrenatural de Pol 3.14 y recuerdo nuestra primera cita, aquel concierto, nuestro primer beso. ¿Quién me iba a decir a mí que mi primer día de universidad conocería a una chica como ella que me gustaría tanto? Anoche estaba preciosa y lo poco que pasó al final fue bonito. Joder, me estoy volviendo un cursi, pero la quiero, la quiero mucho. 

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2 comentarios:

  1. Sigo sin poder opinar en esta entrada por el número de capítulos que tiene y no he visto, pero el gif de estefan y damon me gusta, y creo que separar los personajes desde dos puntos de vista está bastante bien. Buena idea la de twitter. Se te quiere y esas cosas :)
    (K)

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    1. ¡Muchas gracias Leo! A ti también se te quiere y esas cosas :D
      ¡Un beso muy muy muy grande! <3

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