Traducir

miércoles, 31 de octubre de 2012

Amarrado a ti Capítulo 45




Sábado por la mañana (Mara)

Suena el timbre sacándome de mi ensimismamiento. ¿Quién será?
-Abre- me ordena Giulia desde el sofá.
-¿Por qué no vas tú?- replico, sin moverme.
-Oh, Mara, estás más cerca- observo el recorrido que tendría que hacer hasta la puerta y suspiro.
-¡Sí, hombre! ¡Estás sentada a mi lado! Ves tú, anda, que tengo sueño- bostezo exageradamente. El timbre vuelve a sonar, insistiendo.
-¡Boh!- resopla Giulia, levantándose, arrastrando los pies. La observo irse. ¿Quién será?- ¡Ya va!- grita desde el recibidor.
Miro la televisión. No hacen nada, sólo son las diez de la mañana. Recorro todos los canales, lo más rápido posible, no, no hay nada. Genial…
-¡Mara! Es para ti- entra en el salón junto a una silueta más alta que ella. 
-Hola- saluda con la mano, tímido. 
Me levanto enseguida, dando un brinco y propinándole un beso en los labios de lo más apetecible. 
-¿Qué haces aquí a estas horas?- sonrío, ante la mirada atenta de Giulia.
-He venido a buscarte- sonríe, mirando a mi hermana, que está apoyada en el marco de la puerta.
-A mí no me mires, que haga lo que quiera- levanta las manos, caminando hacia la cocina.
-Ahora vengo, espérame aquí.
Corro hacia mi habitación, en busca de algo que ponerme. Sí, esa sudadera roja de Duff, con los tejanos y las Converse también en rojo. Me hago una coleta desaliñada y me echo un poco de rímel en las pestañas. Por último, un toque de mi colonia preferida.
Salgo, reuniéndome de nuevo con Carlo. ¿Le habrá dicho algo mi hermana? Espero que no. 
-¿Vamos?- él asiente y salimos de casa tras despedirnos de Giulia. 
Salimos a la calle, hace algo de frío, pero la sudadera me protege. Está llegando el invierno y se nota. Me cuelgo del brazo de Carlo y él me da un beso en la frente. Me encanta sentirlo tan cerca. Su perfume se cuela por mi nariz y sonrío, recordando todos los momentos juntos. 
-¿Adónde vamos?- pregunto, apoyando mi cabeza en su hombro.
-No importa, estamos dando un paseo. ¿Quieres ir a algún sitio en especial?
-Llévame al Parco Sempione- sonrío. 
-Bien- pasa su brazo por mis hombros, atrayéndome a él.
Caminamos en silencio, felices, como una pareja perfecta. ¿Lo somos? Estoy segura de que la gente que nos está viendo lo piensa. No importa si somos o no la pareja perfecta, para mí sí que lo es, le quiero tanto…
-¿En qué piensas, que estás sonriendo?- me mira curioso. Alzo la vista y cierro los ojos, perdiéndome en sus labios.
-En nosotros- le doy un beso en la mejilla.
-¿En nosotros? Explícate.
-Pues…- pienso-, en que no quiero que esto se acabe nunca, que te quiero más que a nada.
-¿Hasta el punto de no poder vivir sin mí?-pregunta, mirando el cartel que indica que hemos llegado al parque.
-Sí, hasta el punto en que no puedo vivir sin ti- le observo. No, no podría vivir sin él. 
-Eres increíble- me da un beso suave.
-No, no lo soy, soy una chica normal que quiere a un chico, sólo eso.
-No, no eres sólo eso- hace una pausa-, eres mi chica-me coge en brazos, corriendo conmigo encima. 
Llegamos al césped y nos dejamos caer en él. Río, revolviéndome en sus brazos. Carlo está encima de mí, viendo el efecto que hacen sus cosquillas en mis costados. Me retuerzo, intentando escapar de él, pero es imposible. Me quedo sin aire y le pido que pare. Deja de hacerme cosquillas, dejando sus manos en mi cintura y me mira, sonriendo. Me muerdo el labio inferior mientras le miro a los ojos. Sus ojos verdes se clavan en los míos y se van acercando poco a poco, hasta el punto en que parecen borrosos. 
-Scemo- sonrío antes de que me bese. 
-Sé que en el fondo te gusta que te haga cosquillas- baja hasta besarme el cuello, haciendo que me estremezca.
-Sí, para que me mates- ironizo.
-No, para acabar así- y me besa en los labios. No está tan mal, la verdad. 
-¿No hay otra forma de acabar así sin tener que pasar por las cosquillas?
-Mmm…- se muerde el labio, mirando al cielo-, no, creo que no.
-Qué pena- suspiro, escapando de sus brazos y sentándome a su lado. 
Carlo se ha quedado tumbado boca arriba. Me observa sin incorporarse. Cierra los ojos y sonríe exageradamente. Qué estúpido, pero es mi estúpido y no lo cambiaría por nada ni nadie.
-¿Carlo?- dice una voz masculina a nuestras espaldas-. ¿Carlo, eres tú?- se acerca más y más.
Carlo se incorpora y observa al chico que está a tan sólo un par de metros, yo hago lo mismo. ¡No puede ser! ¡Cuánto tiempo!
-¿Mara?- sonríe al verme-. ¿Cómo estás?- me da un abrazo seguido de dos besos.
-¿Qué haces tú por aquí?- pregunta Carlo algo tenso.
-He venido a veros, el lunes tengo fiesta y he decidido pasar aquí el fin de semana. 
-Genial- resopla Carlo. Yo no puedo dejar de sonreír.
-¿Y vosotros? ¿Qué hacéis de buena mañana aquí?
-Pasear un poco- digo, a la vez que Carlo pasa su brazo por mi cadera. Davide nos observa.
-Bueno, me voy a ir ya, que quiero descansar un poco, ha sido un viaje algo largo- se despide con dos besos y se aleja, no sin antes dedicarme una sonrisa.
-¡Qué casualidad!- sonrío, pero Carlo no está tan contento.
-Sí, ya- susurra.
-¿No querías verlo?- digo sin entender.
-¿Y tú? Se te ve muy contenta.
-Oh, Carlo, ¿otra vez? ¡Eres un celoso!- me aparto de él y me cruzo de brazos, resoplando.
-No, joder, no es eso, es que no me gusta cómo te ha mirado.
-¿Y cómo me ha mirado, si se puede saber?- pregunto molesta.
-Parecía que te iba a follar aquí mismo- susurra.
-¡Por dios, Carlo! ¡Pero si sólo me ha sonreído!
-Ah, ¿que le estabas mirando tú también? 
-Eres imbécil, ¡eres imbécil!- se acerca, rodeándome con sus brazos, pero me aparto-. ¡Déjame! Odio, odio que seas así conmigo, ¡ves cosas donde no las hay! ¡Eres un celoso de mierda!
-Vamos, perdona, no te voy a volver a decir nada de esto- suplica, acercándose de nuevo.
-Ese no es el problema, ¡el problema es que lo pienses! Déjame anda. ¡Se acabó!- me alejo de él, caminando hacia la salida, gritando las últimas palabras entre lágrimas.

1 comentario:

  1. Que monos todos :)
    Por fin Carlo se va a la mierda?
    MandaSI al 1111 consigue que se fastidie.por dolentu

    ResponderEliminar