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miércoles, 29 de agosto de 2012

Amarrado a ti Capítulo 36




¡Buenos días! Os traigo otro capítulo, por si no os acordáis de qué sucedió en el anterior, yo os explico. Es un flashback, volvemos a unos meses atrás, cuando Carlo y Mara estaban juntos antes de que acabase el verano. Las dos amigas han sido invitadas a una fiesta en una casa en la montaña y Carlo les presenta a su hermano mayor, Davide. 

-No creo en el destino, pero está bien, por el destino- brindamos. 
Bebo un sorbo de mi copa y sonrío. Está frío, en su punto. Siento un cosquilleo en mi estómago. ¿Por el destino? No sé qué ha querido decir con eso, aunque bueno, me ha gustado la razón. 
-¿Y cómo es que no crees en el destino?
-No sé, creo que para conseguir las cosas hay que intentarlo, no dejarse llevar por lo que pueda pasar- sonrío.
-Buena explicación- bebe otro sorbo de su copa. 
-¿Cómo va?- se acerca Carlo, sentándose a mi lado.
-Genial- me sonríe Davide, que después le lanza una mirada a su hermano. 
-Ya veo- veo una chispa de rabia en los ojos de Carlo. 
-¿Y Carolina?- pregunto cambiando de tema.
-En la barra, hablando con Mauro. ¿Te acuerdas de él? Iba con nosotros el año pasado a clase. 
-¡Ah! ¡Sí, Mauro!- me levanto y voy hacia ellos- ¡Mauro!- le doy un abrazo- Come stai?
-Bene! E tu?
-Bene- sonrío- ¡Oh! Cuánto tiempo, estás igual, bueno, más alto, pero sigues siendo el mismo, tan alegre- río- ¿Queréis venir con nosotros?
-Sí- sonríen a la vez.
-El hermano de Carlo te está mirando- me susurra Carolina al oído.
-¡Shht!- le doy un codazo en el brazo.
Me siento en el borde de la piscina y me meto en el agua, sumergiéndome entera. Carolina hace lo mismo y se acerca a donde está Carlo. Mauro se ha quedado al  lado de éste. Davide se ha tirado de cabeza a la piscina y nada hacia mí. 
-Veo que ya sabes nadar- dice muy cerca.
-Scemo! – le hago una ahogadilla- Claro que sé nadar- río.
Davide me coge de las piernas y me levanta como un saco.
-¡Suéltame! -Me agarro a su cuello, haciendo fuerza hacia atrás, para tirarlo. Davide me hace caso y me lanza hacia atrás, dándome una voltereta en el aire. Caigo boca arriba y me hundo varios segundos. Cuando salgo me encuentro con sus ojos marrones mirándome de cerca.
-Vaffanculo!- río, hundiéndole de nuevo. Salgo de la piscina y cojo una toalla. Me siento al lado de Carlo, envuelta en la toalla blanca. 
-Mi hermano es así- me mira serio, algo celoso. Carolina está hablando con Mauro y se están riendo- ¿Quieres que te enseñe la casa?- dice levantándose-. Ahora venimos- mira a Mauro y le sonríe, dándole una palmadita en el hombro. Mauro mira a Carolina y le sonríe.
Me levanto y vamos hacia dentro de la casa. Me pongo las chanclas y entramos por la puerta de cristal. Al lado izquierdo hay una chimenea de piedra y dos grandes sofás encarados hacia ésta. El suelo cruje bajo nuestros pies, rompiendo con el silencio que hay en el salón. 
-¿Te cae bien mi hermano?- pregunta.
-Sí- respondo no muy segura de haber hecho bien. Carlo mira al frente, serio. 
-Es muy majo- chasquea.
-Estás celoso- río.
-¡No estoy celoso!- dice subiendo las escaleras, sin mirarme.
-Lo estás- sonrío, subiendo tras él. 
-Ya te he dicho que no lo estoy, no tiene nada que hacer contigo- entra en su habitación. 
-¿Y eso tú cómo lo sabes?- está celosísimo.
Carlo se gira para mirarme. Me pongo seria para que no vea que estoy bromeando. Se le ve preocupado.
-Por que a ti no te gusta, ¿no?- me mira serio, esperando una respuesta. Me acerco a él y le beso.
-Carlo, ¿cómo se te ha podido pasar eso por la cabeza? No, no me gusta tu hermano, me gustas tú, sólo tú- me mira a los ojos.
-¿Segura? Te he visto muy bien, demasiado bien, con él en la piscina. No estoy tan seguro de que no te guste- me mira serio.
-¡Vete a la mierda, Carlo!- me aparto de él bruscamente y salgo de la habitación.
-¡Mara, por favor! ¡Por favor, perdóname!- sale de la habitación detrás mío.
-¡Déjame en paz! – digo desde la planta baja. ¡Qué estúpido! Lo decía en serio. No confía en mí. ¡Ya le vale!
-¿Estás bien?- Davide me mira desde el sofá, preocupado.
-No importa- digo furiosa. ¡Lo que faltaba!
-Es estúpido- dice levantándose y acercándose.
-Lo sé, boh, ya se le pasará- salgo al patio de nuevo. 
 
Ya por la noche…
-Está muy borracho- Carolina pone cara de asco, está triste.
-Da pena- le observo detenidamente. 
Carolina se despide de mí para irse a dormir. Carlo ya lleva al menos siete cervezas si es que he contado bien. Está dentro de la piscina en una esquina. 
-¡Carlo!- sonríe una chica, acercándose a él. También está borracha. 
-Ciao Chiara- sonríe tonto- Sei la più bella del mondo.
Me muerdo la lengua por no saltar. La chica se acerca más a él y le besa en los labios. ¡No me lo puedo creer! Carlo ni se inmuta, se deja besar por esa guarra. No queda nadie más en el patio. Les observo desde la puerta del salón. La pareja va hacia las escaleras de azulejos. Ella se sienta en el primer escalón y Carlo se tumba sobre ella y la besa en el cuello. No puedo evitar sentirme mal. Tengo un nudo en la garganta. La chica sonríe al sentir sus labios sobre su escote y suspira. Estoy llena de rabia, pero aún así no me voy, quiero ver qué más hacen, hasta qué punto van a llegar, aunque me duela. Carlo se desabrocha el cordón del bañador para poder llegar más lejos con Chiara. La chica sonríe y le besa a la vez que se aferra a su espalda con las manos.
-Te gusta, ¿verdad?- dice Davide poniéndose a mi lado y viendo la escena.
Le observo unos instantes y cierro los ojos, conteniendo las lágrimas. No puedo responder.
-Te gusta- afirma-. He visto el beso que os habéis dado en su habitación. Mara, te lo digo en serio, pasa de mi hermano.
Sus palabras suenan lejanas, no puedo escucharle, no puedo hacer nada más salvo ver lo que está ocurriendo. Están teniendo sexo en la piscina, delante de mis narices, Carlo es gilipollas, ¡es idiota! Aún así le quiero, no puedo evitarlo, ¡le quiero! Me dejo caer, sentándome en el suelo, bajo la luz escasa de la luna. Me tapo la boca con las manos, evitando que nadie escuche mis lloros, ahogando los gritos de rabia en la garganta. 
-Mara, vamos dentro, no debes ver esto- dice poniéndose delante de mí, evitando que vea a Carlo.
-Déjame- susurro, apartándole.
-Mara- se pone serio, sin hacerme caso.
-Te lo pido, ¡vete!- lloro, hundiendo mis ojos en mis puños.
-Mara, andiamo- me sujeta las manos y me levanta fácilmente. No ofrezco más resistencia. Camino a su lado hasta llegar al sofá. Se sienta a mi lado, en silencio. ¿Por qué Carlo me ha hecho eso?
-¿Por qué?- susurro.
-¿Por qué, qué?- vaya, no pretendía decirlo en voz alta.
-¿Por qué me ha hecho esto?- miro al frente, secándome las lágrimas con la palma de la mano.
-Es un estúpido.
-Pero le quiero- bajo la mirada. 
Davide pasa su brazo por mis hombros y me atrae hacia él. Tengo sueño. Cierro los ojos.

Pues ya se ha acabado el capítulo... ¿Qué os ha parecido? Me encantaría que todos los que estáis leyéndome me dieseis vuestra opinión sobre si os está gustando o no, o si debería mejorar algo. Me serviría de gran ayuda y también me alegraríais mucho el día :D Bueno, os dejo, ¡un beso muy grande!
  

3 comentarios:

  1. Tendrías que poner calificación de +18, para que no se asuste nadie, jajajajaj.
    Ah, y por lo que nos has dicho, creo que lo que se te da muy muy bien es enseñar las emociones de los personajes, y llevar el ambiente, porque de verdad, lo haces fantásticamente. Y lo malo..., hm..., quizás es muy ligero, quiero decir que a lo mejor faltaría seguir más el hilo: no cortarlo tanto, o expandir más las explicaciones. Pero, claro, ése sólo es mi gusto, cada uno lo prefiere de una forma.

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  2. Ami, simplemente me encanta como escribes. No creo que haga falta mejorar nada. Yo he empezado a escribir un blog. Me gustaria que te pasaras, no te quitara mucho tiempo, puesto que la historia solo acaba de empezar.
    Besos, Alicia

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  3. Hola ! bueno me encanta esta historia... me encanta !
    siguela!
    Tienes un premio en mi blog : http://novelamorentredrogas.blogspot.com.es/2012/09/premio.html

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