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lunes, 20 de febrero de 2012

Amarrado a ti Capítulo 8


-Hola, Pablo-sonrío.
-Ten, te la dejaste ayer en mi coche-dice devolviéndomela.
-Gracias por traérmela-sonrío de nuevo. Mi madre está a mi lado y me mira preocupada. A saber lo que se cree que pasó ayer en su coche. Me entran ganas de reír pero me contengo, no es el momento.
-De nada-mira a mi madre y luego a mí de nuevo- Bueno, nos vemos, hasta el sábado.
-Adiós, hasta el sábado-susurro.
He sentido algo raro. Me ha mirado diferente, avergonzado. Nada comparado a cuando me miró ayer cuando nos saludamos, al estilo ligón. Que estuviese mi madre delante le ha dado vergüenza. ¡Qué mono! Voy hacia la escalera cuando mi madre me interrumpe.
-Aroa, espera-dice seria mi madre.
-¿Qué pasa?-pregunto, sabiendo la respuesta.
-¿Quién era ese chico? ¿Estás saliendo con él? ¿Cómo es que te montaste en su coche ayer? Ya no me cuentas nada…-me taladra la cabeza con preguntas.
Suspiro hondo…
-Primero, es un compañero de la Universidad; segundo, no estoy con él, es sólo mi compañero; tercero, me monté en su coche porque ayer salimos tarde y me trajo a casa; y cuarto, no te cuento nada porque no me preguntas-voy marcando con los dedos cada punto.
-A mí no me hables así eh-dice alzando la voz-. ¿Y hasta el sábado por qué?
-Porque he quedado con él, voy a un concierto-susurro, vergonzosa.
-¿Sola con él? ¡Pero si apenas le conoces!
-Mamá, por dios, sé lo que hago-digo, cansada de tantas preguntas.
-¿Y Darío?-golpe bajo- ¿Acaso ya no te gusta?
-Mamá-miro al suelo en busca de algo a lo que aferrarme.
-No, Aroa, me han dicho sus padres que viene estas navidades.
Un nudo se apodera de mi garganta. Me cuesta hasta respirar, que sensación más dura, tengo los ojos húmedos. Trago saliva, pero nada mejora, el nudo sólo se hace más grande. ¿Por qué me lo recuerda? ¿Es que no puedo ser feliz por un momento? Va a venir en navidades… Le veré después de un año y algo… Me entra un escalofrío sólo de pensarlo… Todo lo que he conseguido, se esfumará dentro de unos meses…



En una parada de autobús, en las afueras de Milán
Hoy tengo el examen, me he acostado tarde, creo que sólo he dormido cuatro horas, he estado estudiando hasta que me lo he sabido todo. Si lo apruebo podré ir a España, a ver a mi familia. Necesito aprobarlo. Es mi oportunidad para verla, esta chica que me quita el sueño y no me deja concentrarme, sí, ella, Aroa. Me falta una hora para enfrentarme a ese folio con preguntas. El equipo nos deja irnos de vacaciones si aprobamos, así que tengo que conseguirlo. El otro día avisé a mis padres de que iría a verles. Veo el autobús llegar. Me levanto y enseño mi tarjeta, es un bono para no tener que pagar tanto, el autobús es mi transporte diario. Entro y me pongo los cascos. Necesito desconectar. No hay ningún sitio libre, me toca quedarme de pie. Una chica rubia cobriza me está mirando. Lo siento, pero no puedo desconcentrarme ahora mirándote, necesito tener la mente en blanco. Lo sé, es imposible, es demasiado guapa. Tendrá más o menos unos dieciséis años, menos que yo, pero sus pómulos rosados aparentan menor edad, dejan a la superficie, su niñez, contrastados con unos ojos azules perfectamente pintados de negro, que dejan en un segundo plano su tono de piel, blanco como la nieve. Se ha percatado de mi mirada y sonríe tímidamente. Yo hago lo mismo, pero menos marcado, disimulando un poco más. Sonriendo es aún más bonita. Sus dientes no son perfectos, pero su boca sigue siendo apetecible. ¿Pero qué digo? Anda, deja de pensar ya en tonterías, seguro que eres el 3.567 al que ha sonreído esta mañana. Pero es imposible dejar de mirarla, sus ojos desprenden tanta magia, una mirada profunda, pero a la vez de niña, imposible de ocultar… Una luz parpadeante anuncia que falta poco para la siguiente parada, pero no aparto la mirada de esa chica. Unos segundos después el autobús para en el arcén de la carretera, al lado de un pequeño cartel que identifica la parada. Esos ojos azul cielo dejan de conectar con los míos y dirigen su mirada al suelo, a la vez que sus manos cogen una mochila rosa palo con pequeñas flores. Se levanta rápidamente y va hacia la puerta. Me mira una vez más y le sonrío en forma de despedida. Me dedica una sonrisa perfecta, una sonrisa que seguramente no vuelva a ver nunca más.

8 comentarios:

  1. Quien es esa chica!! :O!!! Que intriga!! Uix.. vaia navidades mas largas va a tener Aroa.. ajajajaj
    Me encantaa!!! Bessazoss desde::
    http://experienciasinexplicablessma.blogspot.com/

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  2. Diooooooos! Que intrigaaaaaaaaaaaa! :) jajajajjaja sube pronto el siguiente por dios!! que emocion!! :) Un besazo, juliaysushistorias.blogspot.com ;3

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  3. ufff por fin una nueva Aroa???? Estoy de acuerdo, van a ser unas vacaciones muuuuuy largas.... jaja
    Tu lectora audaz <3

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  4. jujuju valla como pintan esas vacaciones!! que intrigaaaa qiero saber qien es la chicaaa sube ya porfiiii
    un beso! nueva historia en mi blog!

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  5. ¡Hola! ¿Se puede? Jajaja tienes un premio esperando en mi blooog! :D

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  6. Me he leído esta historia en menos de una hora, ¡y me encanta!
    Te sigo, y también me gustaría que te pasaras por mi historia ^^
    PD: He visto que también te gustan Teràpia de Shock ^^

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  7. Ay me encanta! Quien sera?? Hermosa novela!

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  8. La madre es una antipática, me cae mal.
    Justo cuando consigue olvidar a Darío se lo recuerda :S
    Besos, Amanda.

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