Traducir

miércoles, 26 de marzo de 2014

Amarrado a ti Capítulo 116

Llego a la puerta que conduce a su apartamento y suspiro, nerviosa. A pesar de mi intranquilidad, decidida llamo al timbre y espero. Un minuto, dos… Llamo de nuevo, preocupada y arrepintiéndome. 
Finalmente, cuando estoy a punto de irme, la puerta se abre con pesadez y ante mí aparecen esos ojos carbonizados que tantas ganas tenía de ver. Solamente lleva unos bóxers azules, por lo que puedo observar todo su cuerpo y su tatuaje. 
-Aroa… -pronuncia mi nombre, y a la vez otra silueta aparece tras de él.
-¿Quién es? –pregunta con los ojos entrecerrados aquella chica que parecía ser una antigua amiga de él. Reconozco la camiseta que la cubre, definitivamente es de Pablo. Un nudo se apodera de mi garganta y me quedo parada. 
-Yo… No… No sé qué hago aquí… Yo… Soy estúpida… -de un impuso bajo corriendo las escaleras, saltándolas de dos en dos, escapando de aquella terrible escena que acabo de presenciar con la maleta a cuestas. 
¿Acaso había pensado que yo era especial para él? Se enfadó tanto el domingo… Pensaba que me quería, que él estaba seguro de ello, que yo era la única en su vida… Pero acabo de darme cuenta de que nada es para siempre, que las promesas se pueden romper de un momento a otro y que los sentimientos son efímeros, se van para no volver nunca más.
Salgo de allí y camino por las calles, sin rumbo alguno, con el deseo de perderme y de que nadie me encuentre nunca. ¡Maldita ingenua! ¿De qué he vivido este tiempo? Al final la destrozada he sido yo, me lo merezco, por haberme dado cuenta tarde de mis sentimientos por él, por haber dudado y por haberle dejado ir. 
No puedo aguantar más y rompo a llorar, sin reparo. ¿Por qué cuando creo que he llegado a la meta me cambian el rumbo de todo? Pablo… Le quiero, ahora sé que le quiero, pero no ha tardado ni dos días en encontrar una sustituta. Duele demasiado saber que ya no eres especial para alguien, que tu puesto ha sido ocupado por otra persona y que no puedes retroceder. 
-¡Aroa! –Ignoro esa voz y sigo corriendo por las calles, intentando escapar de ese maldito dolor- ¡AROA! ¡Espera un momento, por favor!  
-No quiero escucharte, ¿vale? ¡Déjame en paz! –grito fuera de mí.
-Por favor, déjame explicarte –me atrapa la mano.
-¿No has oído? –Me giro, mirándole con lágrimas de rabia en los ojos-. Vete, me basta con haber visto lo que he visto.
-Lo siento, no puedo negarte nada… Porque sí, lo que has visto es cierto –algo dentro de mí se muere, tal vez esa mínima esperanza de haber pensado mal.
-¡Eres un cabrón! –me alejo de él.
-¿Qué querías que hiciese? ¿Querías que te esperase sabiendo que te estabas acostando con otro tío en Italia?
-¡Tú no sabes nada! ¡Yo no he hecho nada, absolutamente nada, allí! –baja la cabeza, sabiendo que ha hecho mal, sin más argumentos.
-¿Y yo cómo lo iba a saber? ¡Estaba muy enfadado contigo, me hiciste sentir como una mierda cuando me dijiste que te ibas!
-Pues no lo parece, ya veo que no has necesitado mucho tiempo para olvidarte de mí, ¿me equivoco?
-Sí, te equivocas, no te puedes ni imaginar lo difícil que es aceptar que la persona por la que darías todo no sabe lo que siente por ti, que no está a la altura de tus sentimientos –me quedo parada, asimilando todo lo que acaba de decirme.
-Sí, ya veo lo mucho que me has echado de menos, ¡eres un capullo! ¡Te odio! –repito, sin entender sus palabras que contradicen a sus hechos.
-Eres una egoísta, Aroa –esas palabras me duelen más que cualquier otra cosa-. ¡Me dejaste tirado y aún así querías que yo estuviese esperándote!
-¿No dices que me querías?
-Yo no he hablado en pasado, te sigo queriendo, pero veo injusto tu comportamiento.
-No has sido tú quien se ha encontrado a la persona que quieres con otra, no eres el más indicado para hablar de comportamientos injustos…
-¡Lo habíamos dejado, Aroa! 
-Tú lo ves todo muy fácil, Pablo. ¡Yo soy incapaz de acostarme con otra persona queriendo a otra! 
-Una cosa es acostarse y otra olvidar, Aroa. Son cosas muy diferentes.
-Sea lo que sea, no me esperaba esto de ti. 
-Aroa, escúchame, yo te quiero, y ojalá pudiésemos volver a estar como antes…
-¿Cómo antes? ¡Vete a la mierda! ¡Sois todos iguales! –me alejo de él en contra de mi voluntad. 
Todo sucede muy rápido y no tengo tiempo a reaccionar. Sujeta mi nuca con firmeza y me hace girar sobre mis talones, aferrándose a mis labios con un beso desesperado. Me pierdo en los suyos, olvidando por unos segundos todo lo ocurrido y dejándome llevar por este momento de desconsuelo. ¿Por qué le quiero tanto? El beso que estaba esperando horas antes y que ahora esta situación me impide disfrutar. 
-¡Ah! –grita, sorprendido al recibir un bofetón por mi parte. 
-¡Déjame en paz! ¡No me busques, ¿entendido?! ¡Olvídame! –digo a gritos, deseando que haga todo lo contrario. 
Esta vez no me sigue y camino desolada por estas calles desiertas que me acompañan.


¡Hola personitas! Ahora sí que sí, tengo el FINAL. Quedan unos cinco capítulos, ¡y estoy atacada! Me da muchísimo miedo que no os guste el final, espero no decepcionaros y que en cierta medida os guste...
¡Un beso muy muy muuy grande! <3

1 comentario:

  1. que bonito es este capitulo aunque termina en algo mala. Siguela que quiero saber que pasa :)
    Un beso enorme guapa xx

    ResponderEliminar