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martes, 17 de septiembre de 2013

Amarrado a ti Capítulo 90

Me incorporo, dejando caer mi espalda contra el cabezal de la cama. 
-Todo es tan difícil, Laia, lo siento tanto…
-No lo sientas, gracias por hacerme volver al pasado. 
-Pero…
-No te preocupes, el tiempo pasa, los dos lo sabemos, podemos recordar, pero no cambiar lo que no pudo ser- acaricia mi mano y sonríe de oreja a oreja.
-Es que… No es eso, ¿vale? Ahora entiendo a Aroa, ahora sé lo que es estar confuso, o mejor dicho, hecho un lío.
Laia suelta una carcajada, quitándole importancia a la situación.
-Tiempo al tiempo, Pablo- sonríe y me da un beso en la mejilla.
Acto seguido, se levanta y va hacia el baño bajo los rayos de sol mañaneros.
 
 
En un hospital de Milán (Carolina)
 
Subo por las escaleras, ya que Carlo ha decidido subir por el ascensor, y, bueno, así al menos hago un poco de ejercicio, que hoy he desayunado demasiado. 
Me desvío antes de llegar a la habitación en la que está ingresada Mara.
 
 
Cerca de allí (Andrea)
 
Darío no me coge el teléfono, no es normal en él. He ido a ver si estaba en el hospital, porque anoche él me dijo que a la hermana de Giulia la habían ingresado, no la conozco, pero por lo visto, está en un estado muy crítico. Menudo accidente debió de tener, al parecer no se despierta. Joder, si está tan bien físicamente como la hermana, sería una pena que la chica no se recuperara, porque yo le podría hacer algún regalo, y no flores precisamente. Aunque bueno, si las necesito para que caiga en mis redes, pues bueno, tampoco me moriría por comprarle un ramo de rosas. 
Mi cerebro crea una imagen en la que aparezco yo, vestido con un traje elegante y un ramo de flores, junto a una Giulia un poco más joven. Me río para mí y me dirijo al baño. No estoy acostumbrado a madrugar y he tenido que tomarme una gran taza de café, y claro, ahora… Pues eso, que necesito urgentemente ir al baño.
Mierda, está ocupado. Podrían poner más, no creo que se arruinen. Además, ¿y si algún paciente o familiar debe ir y tiene alguna incontinencia, qué? Me apoyo en la pared, esperando que alguna de las puertas se abran, no me importa entrar al de mujeres, no es la primera vez que voy, creo que me conozco más los de ellas que los de hombres. No sé si me entendéis, he vivido varias experiencias en los baños de las discotecas. 
Escucho una tos extraña al otro lado de la puerta, pero rápidamente me doy cuenta de que son arcadas. Alguien está vomitando. Luego, silencio, la cadena del váter y finalmente el grifo abrirse y cerrarse. Espero, inquieto, para ver quién es. El pomo gira lentamente y una joven sale con la cabeza gacha. Nuestras miradas se cruzan y ella alza la cabeza y sale como si nada. No tiene aspecto de estar enferma.
-¿Estás bien?- pregunto yo, con una sorprendente preocupación.
-¿A ti qué te importa si estoy bien o no?- resopla.
-Eh, que no te he hecho nada para que me hables así.
-Meterte donde no te llaman.
-Oh, yo siempre me meto- ella me examina de arriba abajo y dibuja una leve sonrisa torcida, entendiendo mi doble sentido.
El hombre del otro baño sale y yo entro corriendo. Un minuto después salgo, con la esperanza de que esa chica siga estando allí, pero, en su lugar, hay una anciana mirándome escandalizada. ¿Qué ocurre?
-¡Joven, sus pantalones!- grita, llevándose la mano a la boca y aguantando la risa.
Bajo la mirada y comprendo el por qué de su alboroto. He olvidado abrochar mis pantalones y voy enseñando mis calzoncillos negros a diestro y siniestro. A unos metros está la chica de antes, mofándose.
-Así que estabas esperándome, ¿eh?
-No te creas tan importante.
-Hay una gran diferencia entre creerse importante y serlo- sonrío.
-Sí, y tú no eres nada de las dos cosas.
-Eso lo dices porque no me conoces- la advierto-. Encantado, soy Andrea.
-¡Oh, sí, es cierto, qué importante! Me siento privilegiada por haberte conocido- se burla.
-Lo digo en serio.
-Sí, sí- dice ella irónica.
-No me creas, ya lo verás, ya- río.


¡Hola personitas! Siento muchísimo estar ausente por aquí, pero es que acabo de empezar las clases y no tengo tiempo... No sé cuándo escribiré la siguiente entrada de "Tal vez...", espero que pronto, al igual que lo que me queda de novela. Intentaré no tardar mucho y poder pasarme por vuestros blogs :)
Muchísimas gracias por leerme, ¡¡ya somos 219!!
¡Un beso muy muy muuy grande! <3

1 comentario:

  1. ¡Hola! Paso por acá, que hace mucho que no vengo :) Me encantó el capítulo de hoy!! Me gusta que Pablo pueda admitir que "entiende" por lo que está pasando Aroa. Me impactó lo de Carolina (si es que me imagino bien...), un golpe fuerte a la historia. Pero, sin duda alguna, lo que más me gustó fue que hayas escrito una parte desde el punto de vista de Andrea (ya venía siendo hora jajaja ;) ). Un personaje que...me acabo de dar cuenta que me desagrada (pero en el buen sentido). Sin embargo, es muy diferente a los demás, y eso me gusta. En fin, ME ENCANTÓ <3
    Un beso ENORRME

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