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martes, 6 de agosto de 2013

Amarrado a ti Capítulo 84

-Lo siento- me sorprendo al escuchar esas palabras saliendo de su boca.
-¿Por qué?- pregunto extrañado por no saber qué quiere decir. 
Mueve los dedos indecisa y finalmente me mira con miedo y lágrimas en los ojos. Me está preocupando su actitud, quiero saber qué le pasa, qué la hace sentirse mal, por qué me dice que lo siente.
-Me he dado cuenta de que… Te sigo queriendo- entonces sus lágrimas no pueden sostenerse más y resbalan sin compasión por sus mejillas. 
Mi corazón estalla y comienza a acelerar los latidos hasta tal punto que parece que se quiere ir con ella. No consigo reaccionar, mis piernas flaquean y mis manos se han quedado petrificadas sobre su piel. Me sigue queriendo, me quiere, ella me quiere, la chica que se fue hace dos años y que ha vuelto a aparecer en mi vida ha dicho que me quiere. Mi ex novia ha dicho que me quiere. Resoplo, mordiéndome el labio, buscando una forma de actuar que me convenza. 
Me viene la imagen de Aroa a la cabeza y me maldigo. Ella no me ha querido como he hecho yo… 
Vuelvo a centrarme en la realidad y me encuentro delante de mí a Laia llorando desconsolada por lo que acaba de confesarme. No puedo creerme que me quiera. ¿Y si el destino la ha vuelto a poner en mi camino porque no terminamos lo que empezamos? ¿Y si éste me está dando una segunda oportunidad con la chica que más quise? 
Sostengo sus manos para elevarla y tenerla a mi altura y, una vez de pie, me limito a abrazar su cuerpo y dejar que ahogue su llanto en mi pecho. 
-Vamos, no llores, por favor- acaricio su cabello con dulzura y la intento calmar con mis palabras. 
-De verdad que no quiero, pero me da mucha rabia sentir esto, es muy egoísta por mi parte- no sabe cuánto la entiendo. Se aparta de mí y me da la espalda. 
-Más egoísta soy yo, que no sé ni lo que quiero. ¿Sabes? Has dado un vuelco a mi vida y has vuelto con las maletas llenas de recuerdos y de viejos sentimientos- la obligo a mirarme y sus ojos se me clavan abiertos como platos.
-Lo siento, de verdad- se lamenta.
-No, gracias, en serio- sonrío nervioso por la confesión que acabo de hacerle.
Me acerco más a ella, acariciando su mejilla hasta llegar a su barbilla y siento ardor en mi mano. No sé si debería, mi cabeza está hecha un lío, pero necesito sentirla. Sus manos se deslizan por mi vientre y sus dedos provocan escalofríos que suben por todo mi cuerpo. Bajo por su cuello, enredándome entre sus ondas, sin desviar mi mirada de sus increíbles ojos. 
Escala por mis abdominales, acariciando mi tatuaje y sigue subiendo hasta mi hombro. Estoy muy indeciso, no quiero arriesgarme a besar sus labios. Sigo bajando y sus ojos se iluminan. Junta nuestras barrigas para terminar con el espacio que queda entre nuestros cuerpos y sonríe preocupada. Nuestras narices se rozan y nuestra vista se nubla, aún así, nuestros labios no se tocan. Dibujo mariposas en sus caderas, perdiéndome en ellas y sonreímos a la vez al sentirnos tan cerca después de tanto tiempo. 
A Aroa la quiero, pero yo tampoco he estado a la altura del amor. Creí que lo mío con Laia se había esfumado, pero los sentimientos han revivido y me siento como un crío pequeño con su juguete preferido. Sé que su amor sí que es cierto, la conozco como a la palma de mi mano, el problema es que he estado demasiado ciego para ver que delante de mis narices tenía el amor de mi vida. Tal vez había pasado mucho tiempo desde nuestro último beso, pero todavía estábamos a tiempo de intentarlo. 
-Enana, no llores, va- susurro al ver cómo sus lágrimas se deslizan de nuevo por su piel. 
-Necesitaba tenerte cerca- suspira, cerrando los ojos, y jugueteando con nuestras narices. 
Su respiración se acompasa con la mía y me entran ganas de llorar a mí también. Recuerdo los primeros meses sin ella, creí que se harían imposibles, nos separaban más de quinientos quilómetros… Y ahora está aquí.
-Estaré aquí, cuando me necesites y cuando no también. 
-Gracias- sonríe.
-A ti, por volver- le doy un beso en la frente, sin querer separarme de ella.
 
 
Contra sus labios (Laia)
 
No necesito que me bese en los labios para sentirle en mí, me basta con un abrazo o con escuchar sus palabras sinceras. No sé cómo acabará esto, pero me ha tomado desprevenida y no quiero arriesgar, prefiero que el tiempo decida…
-Será mejor que descanses- susurra en mi oído, provocándome una serie de escalofríos.
-Por favor, quédate conmigo- suplico.
-¿Me estás pidiendo… que duerma contigo?- pregunta sorprendido por mi petición.
-Por favor- sujeto su mano evitando que se aleje de mí.
-Está bien- sonríe.



Muchísimas gracias a los que me felicitasteis, haré una entrada con los regalitos :D

6 comentarios:

  1. Pues ha sido un capitulo que me ha hecho reflexionar, últimamente todo me hace reflexionar. Realmente me encanta como escribes, se me acelera el corazón y tengo ganas de saber más.
    Besos

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    1. Buf, pues espero que siga siendo así :)
      ¡Muchas gracias Claudiettha! <3

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  2. Cada capitulo que leo me hace sentir la historia más de cerca, me gusta muchísimo como escribes.. En mi opinion lo de Laia y Carlo estaba previsto pero es que me encaaaantan! Sigue así por favor!

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    1. Oooh! Pensaba que me ibais a matar por hacer estas escenas jajaja
      Bueno, me alegro que te haya gustado :D
      ¡Miiiil gracias Anónimo! ¡Un beso muy muy muuy grande! <3

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  3. :)esta super bien el capitulo. Escribes muy bien. La historia cada vez está mas hechizante

    besos ^^

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    1. Jo, qué bien que te guste Esteer :D
      ¡Muchísimas gracias por pasarte! ¡Un beso muy muy muuy grande! <3

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