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lunes, 11 de febrero de 2013

Amarrado a ti Capítulo 60





-Bueno, ya está todo listo. A comer- anuncia mi madre, saliendo de la cocina con los platos, con ayuda de Maite, la madre de Darío. 
Nos sentamos todos. Mi padre preside la mesa, y en la zona izquierda, justo delante de él, en la otra punta, está el padre de Darío, Damián. Las madres se sientan una al lado de la otra y Darío y yo juntos. 
 
-Os mudasteis aquí hace unos meses, ¿me equivoco?- apunta Damián al acabar el postre. Mis padres asienten-. ¿Dónde vivíais antes?- acaba con una sonrisa.
-Oh- sonríe mi madre, dándole la mano a mi padre-. Vivíamos en Rubí.
-Ah, bonito pueblo- halaga Maite, entonces me mira-. Aroa, por cierto- me sonríe-, gracias por ayudar a Darío, sus notas este trimestre han subido mucho.
-No hay de qué- me ruborizo-, el que se ha esforzado es él- bajo la mirada hacia el plato.
-Es que ha dado un gran cambio, ahora se interesa más por aprobar.
-Mamá, necesito aprobar- interviene Darío.
-Ya, pero es que el año pasado fuiste muy flojo- apunta su madre.
-Lo sé, por eso este año me esfuerzo más, sino no me dará una buena media para la universidad.
-¿Qué vas a estudiar, Darío?- pregunta interesado mi padre.
-Música- sonríe de oreja a oreja orgulloso.
-Realmente no te entiendo, hijo- niega Damián con la cabeza-. Pudiendo estudiar empresariales y tener un futuro asegurado junto a tu padre, tú no, tú decides estudiar música.
-Ya te he dicho mil veces que no voy a estudiar algo que no me gusta- Darío aprieta los dientes.
-No se trata de que te guste o no, se trata de tu futuro y la música es una carrera sin futuro- sentencia su padre, serio.
-Ya hemos hablado mil veces de esto, voy a estudiar lo que yo quiera.
-Tú verás lo que haces- Darío asiente.
Darío está tenso, pero su padre lo está aún más. Miro al frente, donde está mi madre y ésta me mira preocupada.
-¿Y tú, Aroa, qué vas a estudiar?- me pregunta Maite, siempre tan sonriente.
-Periodismo- sonrío.
-¡Muy buena carrera!
-¿Ves, Darío? Deberías aprender de Aroa- éste resopla, poniendo los ojos en blanco, cansado de la situación.
-Yo creo que músico es una buena profesión, porque aparte de un trabajo es una forma de vida- suelto, mirándole de reojo. 
-Menos mal, alguien que piensa como yo- sonríe Darío.
Se crea un silencio algo incómodo. Mi madre se levanta y, con ayuda de Maite, recoge todos los platos y los lleva a la cocina. 
-¿Sales esta noche?- me pregunta Darío, levantándose.
-No lo sé, he quedado con Marta, pero no es seguro. ¿Tú sales?
-Por supuesto, hay que celebrar el último día del año. ¿Dónde vais?
-Nos quedamos aquí en el pueblo- sonrío.
-Ah, entonces como nosotros. Si queréis podéis venir con nosotros.
-Te buscaré- río.
-Más te vale- me mira amenazante, seguido a eso suelta una carcajada.
Ojalá le vea esta noche, ojalá pase algo. 
-¡Vamos! ¡Que ya son casi las doce!- reprocha mi padre-. Aroa, ayuda a tu madre a traer las uvas y el champagne. 
-Vale- resoplo, levantándome de la silla.
Me coloco bien el vestido y camino, con cuidado de no caerme, hasta la cocina.
-Mamá, ¿te ayudo?- pregunto sin saber bien qué debo hacer.
-Sí, Aroa, sí, lleva ya para allí los platitos preparados con las uvas que hay en la encimera.
-Voy- cojo un par de platitos y los llevo hasta la mesa. Doy dos viajes más con los que quedan y por último llevo las copas con el champagne. Son copas para las ocasiones, ojalá haya más ocasiones como ésta. 
Subo a mi habitación y acabo de memorizar todos los deseos para este año, un deseo por campanada.
1.   Tener mucha suerte 
2.   Tener más confianza en mí misma
3.   Seguir con mis amigas de siempre
4.   Un buen comienzo del año
5.   Aprobar el bachillerato
6.   No tener tantos complejos
7.   Salud para todos
8.   No enfadarme con Darío 
9.   Atreverme a decirle que me gusta
10.    Que me quiera
11.    Que Darío consiga estudiar lo que quiere
12.    Si nos separásemos por alguna razón, volver a vernos algún día
 
Una vez memorizado todo, vuelvo a bajar. Sonrío al verle y me siento de nuevo en la mesa sin darle mucha importancia a mi último deseo.
-¿Dónde has ido?- pregunta curioso.
-¡Qué cotilla!- río-. No, he ido a mirar si Marta me había dicho algo para esta noche- miento.
-Ah- se limita a decir.
-Bueno, ¿preparados?- dice eufórica Maite, observando la televisión.
 Anne Igartiburu, junto con Manuel Bandera, preparan la noche de fin de año. Los dos, vestidos de gala, esperan a que sea la hora junto con millones de personas ante el reloj de la Puerta del Sol en Madrid.
El reloj se va moviendo. Tocan los cuartos. Y allá voy. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once… ¡Y doce! Me levanto de la silla, comiéndome la última uva y abrazo a Darío con euforia.
-¡FELIZ AÑO NUEVO!- grito, sonriendo y apretando muy fuerte el cuerpo de mi amigo.
-Feliz año nuevo, Aroa- susurra en mi oído, elevándome para que esté a su altura.

4 comentarios:

  1. Meee ha encantadoooooooo como siempreeeee:)
    un besazooo gigantiiiiiiiiiisimoooo<3

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  2. uffff ya me he puesto al día,
    que estas semanas he estado de exámenes y bastante liada
    con trabajos pero ya estoy de vuelta, y como no, para no variar =)
    me a encantado lo que e leído! Eres genial preciosa!
    sigue así que tengo ganas de masss!!! un besazoo!
    te espero ;)
    http://tequieroentrealgodones.blogspot.com.es/

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    Respuestas
    1. Oooh me ha encantado verte por aquí :D
      Espero que te hayan ido bien los exámenes, ¡muchas gracias guapa por pasarte!

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