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miércoles, 5 de diciembre de 2012

Amarrado a ti Capítulo 50




Cerrando la puerta de su casa (Carlo)
 
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.
Soy un estúpido, lo soy, soy un estúpido. Me arrepiento de no haberla consolado, de no haberla besado en ese instante. Me arrepiento mucho. Pero creo que ha sido lo mejor, al igual me hubiese dado un bofetón. 
 
 
A cientos de quilómetros (Pablo)
 
He quedado con dos amigos del bachillerato. Uno de ellos trabaja en un bar y voy de camino a buscarle. Acabo de lavar mi coche y ahora está reluciente. Todavía falta media hora para que el chico acabe su turno de mañana. Observo la calle a través del cristal oscuro de las Ray-Ban y veo lo más bonito que puede haber. Toco el claxon y bajo la ventanilla.
-¿La llevo a algún lado, señorita?- ella se gira y me observa mientras se le dibuja una bonita sonrisa en el rostro.
-No se preocupe, sólo estoy dando un paseo.
-¿Quiere que la acompañe?
-Quizá le aburrirá mi presencia.
-Lo dudo- sonrío, aparcando el coche.
-Usted mismo- se detiene en la acera, entre la gente. Es la más bonita del lugar.
Bajo del deportivo y me acerco a ella. ¿Le doy dos besos? ¿O la beso? 
-Hola- se sonroja y me da un rápido beso en los labios. 
-Buenos días, preciosa- le doy yo otro beso más intenso.
Enlazo su mano con la mía mientras vamos andando por la calle y ella apoya su cabeza en mi hombro izquierdo. Es sábado y las calles de Barcelona están llenas de gente. Me encanta pasear con ella. 
-¿Cuál es tu color preferido?- le pregunto. Aroa suelta una carcajada.
-El naranja- alza la vista para mirarme y sonríe-. ¿Y el tuyo?
-El azul marino.
-Oh, vale, señor serio- ríe.
-¿Serio? Yo no me río con tu color cítrico.
-No puedes reírte, es un color demasiado bonito para reírse. 
-¿Y el azul marino no es bonito?
-Yo lo tendría-hace que piensa-, en el cuarto lugar de mi lista.
-Yo a ti en el primero.
-¿Y cuál es el privilegio?- sonríe.
-Éste- me acerco a ella sin que pueda decir nada más, sujeto su nuca con la mano que tengo libre y la beso en los labios, con dulzura. Noto como sonríe.
-Espero estar a la altura de ese puesto.
-Lo estás- se sonroja y mira al frente.
Parece haber pasado página después de lo que pasó anoche. Mejor. Así es mejor. 
 
 
A su lado (Aroa)
 
Le he dado un beso al saludarle porque creo que es lo mejor para olvidar lo que pasó anoche. Me hace sentir bien, ya es hora de dejar atrás el pasado y centrarme en él, sólo en Pablo. Él se lo merece y yo también. Está en silencio, seguramente pensando en lo mismo.
-Lo siento- susurro, apoyando la cabeza de nuevo en su hombro.
-No te preocupes, hay que olvidarlo- me da un beso en la frente y sonrío-. Sé que no es fácil confiar en alguien que no conoces apenas.
-Gracias, es que, tengo miedo a volver a equivocarme.
-¿A qué te refieres?- me mira expectante.
-No quiero pasarlo mal.
-Yo tampoco- mira al frente-. Pero hay veces que es inevitable-asiento-. Fue por un chico, ¿verdad?- suspiro, cerrando los ojos-.Bah, déjalo, perdona.
-Sí, fue por un chico-hago una pausa-. Mi mejor amigo. Se fue, sí, así, sin más, hace más de un año, a Milán- me duele recordarle. No había hablado de él con ningún chico-. No supe nada más de él-. Me reservo el dato de que vendrá en Navidades. 
-¿Te gustaba?
-Sí- me limito a decir.
-¿Y ahora?- siento un pinchazo en el pecho.
-Pablo- susurro-. ¿Quieres que te diga la verdad?- asiente, serio-. La verdad, no lo sé, lo siento, ¿vale? –se pone tenso-. No lo sé, hasta que no le vea de nuevo no lo sabré, ¿entiendes?- aparta la mirada-. Lo siento muchísimo, quiero olvidarlo, pero es imposible, no puedo. Y no, no te mentí anoche, te quiero, ¡te quiero!- Me mira de nuevo-. No quiero que pienses que estoy jugando contigo, sólo quiero pasar página, ser feliz.
-¿Y crees que conmigo lo conseguirás?
-Supongo que sí.
-¿Y si no lo consigues? 
-No me digas eso- susurro.
-Soy realista.
-No puedo pensar en eso ahora.
-Deberías.
-No, no quiero pensar en el futuro, no sirve para nada, por mucho que lo planees, se acaba jodiendo, sí, cambia aunque no quieras.
-Pero si esto no va a llegar a nada no vale la pena.
-Que no vaya a durar toda la vida no quiere decir que no valga la pena.
-Confiaré en ti.
-Gracias- me encuentro con sus ojos increíbles y sonrío inevitablemente.
-¡Hostia! –mira el reloj-. Perdona, tengo que irme, he quedado con dos amigos del bachillerato. ¿Quieres venir?
-No sé si yo…
-Sí, vente, son muy majos, no pasa nada, vente- me da la mano.
-Está bien- sonrío, dejándome arrastrar.

2 comentarios:

  1. GEENIAAAL!
    Me gusta como escribees, cada semanaa leo lo que escribees y me encantaría leerlo más a menudo aunque también entiendo que tengas otras cosaas...
    siguee escribieendo!:)
    Y por favoor, quiero que salga bien lo de Aroa y Pabloo..
    mucha sueertee!

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  2. Cada día queda más bonito lo de Pablo y Aroa :)

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