Traducir

lunes, 26 de noviembre de 2012

Amarrado a ti Capítulo 49




Atendiéndoles (Darío)

-¡Ese Darío!- grita el chico que está sentado en la mesa.
-¿Qué hacéis aquí?- murmuro.
-Le conté a Enrico lo tuyo y…-le lanza una mirada discreta a Giulia, que está de espaldas a nosotros.
-¡Cómo no ibas a contarlo!- me llevo las manos a la cabeza.
-Déjame hablar- me manda callar-. Y quería saber si realmente estaba tan buena como contaba.
-Estáis fatal, en serio. 
-Joder, tío, la verdad es que está para morirse, está muy buena- ríe el chico del pelo largo. Pues ni se te ocurra tocarla.
-Otro- resoplo.
-Eh, tío, ¿al final qué pasó ayer? Que os vi salir de aquí los dos solos- me mira con una sonrisa pícara.
-¿Desde cuándo me espías?- esto es demasiado.
-Contéstame.
-Joder…- me aseguro de que no nos escucha-. Fuimos a su casa- Andrea abre los ojos como platos-, y estuvimos charlando, ya está.
-¿Ya está?- ahora es Enrico el que se sorprende.
-Sí- digo no muy convencido.
-¡Te la tiraste!- grita Andrea. Mierda. Giulia se gira y nos mira. Me quiero morir.
-¿Te quieres callar?- susurro-. No, no hicimos nada.
-No mientas. ¿Nada de nada? ¿Ni un poquito? ¿Ni un beso? Tú eres gay.
-Y tú gilipollas. Hubo algún beso, pero ya está, pesados, ¡que sois unos pesados! ¡No más preguntas!- susurro-. ¿Qué queréis para tomar?
-Has dicho que no más preguntas.
-¿Pero…?
-Has dicho que no.
-Peor para vosotros- me alejo de la mesa y me coloco detrás de la barra.
-¡Dos cervezas, gracias!- grita Andrea.
Cojo dos jarras y las lleno de cerveza. Ya le vale. Cómo le gusta molestarme.

Tumbada en la cama (Mara)

¿Por qué es así conmigo? ¿No se lo he demostrado lo suficiente? No lo entiendo. No entiendo por qué me hace esto. Es estúpido. Suena el timbre. Joder… ¿Por qué ahora? Resoplo, restregándome los ojos para quitarme los restos de rímel. Es inútil. Me levanto, débil y camino hacia la puerta arrastrando los pies. 
Me observo en el espejo del recibidor. Oh, dios, qué pintas. Sujeto el pomo y vuelvo a suspirar antes de quedarme helada. El corazón me da un vuelco y trago saliva. Cierro la puerta de nuevo, pero no lo consigo. Suspiro al ver su pie entre el pequeño hueco que queda por cerrar. Abro la puerta y me cruzo de brazos, nerviosa.
-¿Qué quieres?- miro al suelo, evitando su mirada.
-Necesito hablar contigo- se intenta acercar, pero yo me aparto con un golpe seco.
-No hay nada de qué hablar, antes ya lo has dicho todo- me siento los ojos húmedos, mierda.
-No todo- se vuelve a acercar, arrinconándome en una pared.
-Me da igual, lo más importante ya lo has dicho. He visto que no puedes confiar en mí.
-Mara, joder, por favor, perdóname.
-Carlo, ¿para qué? ¿Para que otro día me lo vuelvas a hacer? Parece que te gusta la sensación de perderme.
-No me gusta, para nada, soy imbécil, eso es todo- apoya su codo en la pared, quedando a escasos centímetros de mi cara.
-Y un celoso de mierda- le miro a los ojos-.Vete, anda, vete.
-Te quiero, joder Mara, te quiero. ¿No te lo he demostrado ya?- Está demasiado cerca y siento su aliento en mi cara.
-Eso mismo me pregunto yo- siento un escalofrío.
-Lo siento, no soy perfecto, ¿vale? Perdón por no serlo.
-¡Es que odio que me hables así! ¡Antes me has hablado como si fuese una puta, joder! ¡Estoy harta! Y no, no me gusta tu hermano, pero ojalá fuese así- Carlo se pone tenso-. ¡Ojalá! Él estuvo ahí mientras tú estabas follándote a esa zorra. ¡Él estuvo ahí, conmigo!
-¿Ah sí? Pues quédate con él, si lo prefieres a él, quédate con él.
-Yo no he dicho eso.
-No, pero lo has insinuado. Y sí, ¿para qué voy a negarlo? Te quiero, pero paso ya. ¡Yo sí que estoy harto!
-Pues imagínate cómo estoy yo, imbécil- digo entre sollozos-. Yo también te quiero, pero no puedo estar así- se me atragantan las palabras.
-Está bien- me mira muy serio, a escasos milímetros-.Yo ya te he pedido perdón, ya no puedo hacer nada.
-Tengo miedo. Tengo miedo a que todo se convierta en una pesadilla, de que se vaya todo a la mierda otra vez. ¡No puedo! No quiero que vuelva a pasar.
-No tiene por qué pasar.
-Eso mismo dijimos la segunda vez- las lágrimas salen una tras otra de mis ojos, sin poder evitarlo.
-Lo siento- susurra, dándome un beso en la frente.
-Vete-me quedo sin aire y respiro hondo-, por favor.
-Piénsatelo, por favor- me limito a asentir, viéndole marchar.
Me dejo caer en el suelo, sintiéndome como una mierda de nuevo.

3 comentarios:

  1. ¿Vas a hacer que Carlo y Mara vuelvan? Es que, pobrecillos, me sabe mal, porque en el fondo se quieren...
    Que quieres que te diga, ¡cada día escribes mejor! Se entiende mejor todo y te metes más en la historia, no sabría decir como, pero lo haces. A ver que pasa ahora :)

    ResponderEliminar
  2. Bua cada dis flipo mas y mas y mas pero sigo queriendo mas asiq no lo dejes nunca ehh... jajjjaja que guayyyyy!!!!
    cariñoo me tienes que hacer un favor! un amigo necesita mi ayuda y para ayudarle yo necesito la vuestra! entra en mi blog y lo entenderas vale? un besazo! http://tequieroentrealgodones.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  3. me encantaaa!!! escribees geniaal!!
    sube prontoo!!

    ResponderEliminar