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jueves, 15 de noviembre de 2012

Amarrado a ti Capítulo 47




-Porque es un celoso, no puedo más.
-¿Ha sido por mí?- le miro sorprendida. ¿Cómo lo sabe?- por tu cara veo que sí, lo siento, ya hablaré con mi hermano.
-Es que, me dice: “Parecía que te iba a follar aquí mismo”-imito su voz.
-Pero, ¿cómo te he mirado?- suelta una carcajada.
-No lo sé, ve cosas donde no las hay- susurro-. Ya hemos llegado, gracias por acompañarme- me despido cuando veo la fachada-, ya nos veremos.
-Sí- me mira demasiado cerca con esos grandes ojos marrones y sonríe-, hablaré con él.
-No lo hagas, no hace falta.
-No te lo he preguntado. Voy a hablar con él aunque no quieras- dice muy decidido sin dejar de mirarme.
Me aparto, buscando las llaves y le digo adiós dándole un beso en la mejilla. Entro en el portal y suspiro, dejándome caer en el tercer escalón. No puedo evitarlo y echo a llorar.
-¿Estás bien?- susurra una voz femenina.
-Sí- sorbo por la nariz y suspiro. ¿Por qué me tengo que encontrar a todo el mundo cuando estoy mal?
-No me mientas- se sienta a mi lado y me acaricia el cabello-. ¿Qué ha pasado, enana?- me observa preocupada.
-Es… es… gili… joder…-resoplo entre sollozos-, es gilipollas- me tapo la cara con las manos, evitando que mi hermana me vea llorar.
-No pasa nada, no te preocupes- me abraza y me atrae hacia ella, apoyando su barbilla en mi cabeza. Lloro, no puedo más y lloro.
 
 
Ya en mi portal (Davide)
 
Menudo cabrón. ¿Cómo se atreve a hacerla llorar? Mi hermano es imbécil, no sabe tratar a una chica. Abro la puerta con llaves y entro a casa. 
-¡Davide!- una señora de pelo corto castaño y ojos verdes viene corriendo hacia mí con un delantal rojo encima de un vestido azul marino que le sienta fenomenal. Me estrecha entre sus brazos y me llena la cara de dulces besos. Mi madre.
-¡Hola! Cuando he llegado no estabas y he decidido salir.
-He ido a comprar algunas cosas- sonríe, acariciándome la mejilla-. ¿Cómo estás? ¡Cuánto tiempo sin verte!
-¡Tampoco tanto tiempo, mamá!- río-. Sólo unos meses- me quito la chaqueta y me siento en la cocina con ella.
-Para mí esos meses son eternidad- me mira nostálgica.
-No exageres- sonrío.
La puerta se abre y entra el gran capullo. Sí, no tiene otro nombre. Saluda con un seco “hola” y va hacia su habitación. 
-¿No le dices nada a tu hermano?- pregunta mi madre confusa.
-Tranquila, ya nos hemos visto antes- intento sonreír- voy a deshacer la maleta.
Me levanto de la silla y camino por el pasillo hacia mi habitación con la maleta colgada del brazo. Abro la puerta y dejo mis cosas sobre la cama. Escucho palabrotas y golpes al otro lado de la pared. Salgo, resoplando y llamo a la puerta.
-¡Vete, joder!- grita al otro lado.
-¡Davide!- grita mi madre desde el pasillo-, ahora vendré, tengo que salir.
-Está bien- disimulo, sonriendo. Espero a que salga de casa-. Carlo, ábreme o tiro la puerta.
-¡Que me dejes, hostia! Vete a dormir, anda.
-Que me abras…- susurro.
Resopla al otro lado de la puerta y veo cómo el pomo gira. Abre un poco.
-¿Qué quieres?- me mira por el pequeño hueco.
-Déjame pasar.
-No- hace intento de cerrar la puerta, pero yo soy más rápido y pongo el pie. Me apoyo en la puerta haciendo fuerza y consigo entrar dentro-. Mira que eres pesado eh- se sienta en la cama y me observa.
-¿Tú estás loco? ¿Qué haces fumando aquí?
-Que me dejes- aparta la mirada y le da una calada-. ¿Qué quieres?
-¿Cómo puedes estar celoso de mí?- me mira de reojo.
-No estoy celoso de ti, nadie podría estar celoso de ti.
-¿Ah, no? ¿Me vas a negar que no te has puesto antes celoso cuando he “mirado a tu novia”?- pongo énfasis en las últimas palabras.
-¿Has ido detrás de ella para que te lo cuente o qué?- otra calada.
-Al menos he ido detrás de ella, pero tú no te dignas ni a pedirle perdón, se nota cuánto te importa.
-Mira, cállate, que tú, precisamente tú, no sabes nada, ¿vale?- se levanta y se acerca, soltando todo el humo en mi cara. Le daría una hostia ahora mismo.
-Sé algo más importante que no sabes tú, yo- me señalo con el dedo índice-, sé cómo tratar bien a una chica.
-¿No será que te gusta?
-¿Quién?- le miro sorprendido.
-Gilipollas…-susurra-. Mara- mueve los brazos como si fuese obvio. Me ha pillado desprevenido.
-¿Qué? ¿Estás loco?- ¿Tanto se me nota?-. ¡Claro que no! ¿Cómo puedes pensar eso?
-Anda, ¿por qué me mientes?
-Déjame, niño, no me gusta tu noviecita, ¿entendido?- me alejo de él.

3 comentarios:

  1. Ohh que madre más maja!!
    La verdad es que cuando ves la historia desde todos los puntos de vistaentiendes porque hacen las cosas, se hace difícil enfadarse con ellos.

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  2. estoy de acuerdo, a veces va bien ponerte en el sitio de los demás y ver que no solo eres tu. :)
    M'ha encantat, guapaa!! y la parte donde esta narrado por DAvide *.* jajaja chicoos!! xd
    PD: dos capis nuevos en mi blog, te invito a que te pases y me des tu opinion :)
    xoxo

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  3. Hola!, He visto tu blog y es simplemente genial

    Te sigo, ¿Me sigues?

    Un besito ♥

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