Siento no pasarme por vuestros blogs, pero es que últimamente estoy con exámenes y no puedo pasarme mucho por aquí, que sepáis que leo vuestros comentarios eeh! Muchas gracias a todos, sois geniales :D
Y bueno, aquí os dejo el siguiente capítulo, espero que os guste!! Y mañana... Feliz día de San Valentín a los enamorados!
-No estaba sonriendo-digo poniéndome seria.
-Estabas sonriendo, a mí no me engañas. Anda, venga, dime por qué sonreías-sonríe, mirándome a los ojos, buscando algo dentro de mí.
¿Por qué siempre me contagia su sonrisa? No puedo evitar sonreír una vez más. Y me vuelvo a decir a mí misma que no lo haga, que vaya despacio.
-Porque me contagias tu sonrisa-río, abriéndome paso y dejándole atrás.
-¿Por qué?
Escucho su risa detrás de mí. Pero me giro y ya no está. ¿Otra vez? ¿Es que no sabe hacer otra cosa que esconderse? ¿Dónde se habrá escondido ahora? Pero de golpe siento una presencia detrás de mí y su aliento en mi nuca. Seguro que es él. Me giro y no me equivoco. Ahí está, riéndose.
-Te has asustado otra vez ¿Eh?-dice riendo.
-Pues si te digo la verdad… sí, me he asustado. ¿Por qué me haces esto?-río.
-No te va a pasar nada si te quedas sola por unos segundos.
-Ya lo sé, tonto, sólo que me dejas con la palabra en la boca.
-¿Y qué ibas a decirme?-sonríe, esta vez de manera exagerada.
-Nada, no iba a decirte nada, déjalo-digo entrando a la clase que nos toca.
-Espe…-le cierro la puerta en la cara y sonrío al profesor que me mira con cara de circunstancias.
Pablo entra unos segundos más tarde que yo y veo que está serio. No me he girado, pero lo siento, cuando sonríe desprende una alegría, ahora ya no, esa alegría se ha esfumado. Me siento en mi sitio de ayer y él también. Está a mi lado y siento que me mira de reojo.
-Vale, sí, soy un pesado, lo siento, hago demasiadas preguntas-dice sin mirarme.
Está arrepentido. Le miro de reojo y le veo tenso. Está esperando a mi respuesta pero yo no le voy a decir nada, que se espere un rato que no le pasa nada por esperar, le quiero hacer sufrir un poquito. Sonrío para mis adentros. El profesor explica pero yo no hago caso, sólo observo de reojo sus movimientos. ¿Por qué me recuerda tanto a Darío?
En el piso 36
Llevo más de una hora despierto. Hoy no tengo entreno y tengo que estudiar. Pero no me concentro, ella está rondando por mi cabeza todo el rato y no estoy por lo que tengo que estar. ¿Esto será siempre así? Acabaré suspendiendo si no estudio, pero no me veo con fuerzas para hacerlo, todavía estoy a la espera de su respuesta a mi llamada. Miro el móvil constantemente, por si hay un simple mensaje, pero no es así, nunca es así. He pensado en volver a llamarla, pero no me atrevo, pensará que soy un pesado, si no me ha respondido es porque no quiere saber nada de mí, que ha pasado página. No debo pensar en eso. Cojo el libro y vuelvo a leer la página que ya he leído por lo menos 10 veces más.
En el aula 20
-No, no tienes que hacerme tantas preguntas-digo flojito para que lo escuche sólo él.
Sonríe. Le doy un golpecito con el pie y se pone serio otra vez. El profesor está mirándonos otra vez, no quiero saber lo que estará pensando.
Salimos de clase, él va delante de mí, de camino a la puerta. Miro el reloj que hay al lado de la puerta, he salido media hora tarde, hablando con el profesor. Nos ha hecho esperarnos a Pablo y a mí, para decirnos que no hablemos en clase, porque algunos compañeros se han quejado. Veo que se vuelve a girar y me mira.
-¿Quieres que te lleve a casa? Así no tendrás que esperar al autobús-sonríe, abriéndome la puerta de la entrada.
-No, no te preocupes, esperaré al siguiente, no quiero ser una molestia, tendrás que dar mucha vuelta-digo acercándome a la parada.
-No es una molestia, no tengo prisa, venga, ven conmigo, que te llevo.
-Está bien-sonrío.
Caminamos uno al lado del otro de camino al coche, dice que queda menos y me señala el suyo con el dedo. Cuando estamos al lado lo veo, es un deportivo de color negro. Me siento en el copiloto y Pablo me cierra la puerta. ¡Qué caballero que es! Luego sube él. El coche está muy bien cuidado. Arranca. Hay un olor fresco dentro.
-¿Dónde vives?-pregunta sin quitar la vista de la carretera.
Le voy indicando el camino con el dedo. Pablo está concentrado y me enternece. Serio también es muy guapo. Me avergüenzo de mí misma. No le conozco y ya le veo guapo. Espero que no me guste más. Que este sentimiento se quede ahí, que no crezca.
-Ya estamos-le digo y aparca-. Bueno, muchas gracias Pablo-sonrío. Abro la puerta del coche.
-Espera, un momento-se gira para mirarme- No has cambiado de idea para el sábado, ¿verdad?
-No-río-, no he cambiado de idea-sonrío-. ¿A qué hora quedamos?
-Te paso a buscar a las siete de la tarde-sonríe.
-Vale, hasta el sábado-sin evitar sonreír otra vez. Mañana y pasado no hay clase porque hay huelga y no nos veremos hasta el sábado.
-Está bien, hasta el sábado-sonríe.
Me bajo del coche y cierro la puerta con cuidado. Me dice adiós con la mano y río. Este chico me hace sentir especial. Tiene algo diferente a los demás chicos. Es inevitable sentirse feliz con un chico así. Pero tengo miedo, parece todo perfecto, pero tengo miedo a que todo se desvanezca y volver a pasarlo mal. Este chico es muy simpático y estoy segura que me haría feliz, pero no creo que pudiese enamorarme de él si todavía siento por Darío. Tengo un lío en la cabeza… Este chico se ha metido de lleno en mí en sólo un día… Y Darío no se va… Ojalá todo fuese más fácil... Ojalá hubiese un botón de eliminar en nuestra mente… Olvidar más fácilmente…
-¡Oh, no! ¡Mierda!-grito, al ver que me he olvidado la chaqueta en el coche de Pablo. Espero que la haya visto y que me la traiga el sábado.
Entro a casa y cierro la puerta detrás de mí. Nina, mi perrita, me viene a saludar. Me sigue hasta mi habitación y se sube en mi cama, a mi lado.
-¿Qué voy a hacer, Nina?-le pregunto, ella me mira con sus ojitos negros preciosos, pero obviamente no me contesta.
Me levanto de un salto y enciendo la radio. Me llevo una gran sorpresa al escuchar la canción que suena. “Lo que hemos vivido” de Despistaos. Es una de mis preferidas. Acaba de empezar y me da un subidón. Empiezo a tararearla en alto. <<Comernos el sol y la lunaaa…>> Digo más fuerte, no me importa que me escuchen, hoy estoy feliz, es un gran día, hacía tiempo que no me sentía así de bien, no me acuerdo de la última vez, hace ya demasiado. Me acuerdo de él, de Pablo, no si se puede considerar amigo, aún es pronto para decidirlo.
Mi madre me está llamando desde el recibidor. Visita. Buuf… Ya le vale, ¿por qué me despierta? Bufbufbuf… Me levanto en silencio y me asomo por la escalera para ver quién es. ¡No puede ser! No, no puede ser… Me restriego los ojos para mejorar la visión, pero veo a la misma persona. Subo corriendo a mi baño y me lavo la cara con agua y jabón. Me peino como puedo, porque el pelo lo tengo muy mal. Me lavo los dientes y me vuelvo a mirar al espejo. Bueno, tampoco estoy tan mal. Estoy pasable. Estoy nerviosa. ¿Qué hace en mi casa? Cojo aire y voy hacia las escaleras de nuevo, esta vez con mejor aspecto.
-Hola, Aroa-dice con esa voz que enamora.
Mala! :( Me has dejado con la intriga...JAJAJAJA :( Sube pronto otro capítulo, este me ha gustado mucho, como siempre :)Pero me dejaste con la intriga ¬¬, jajaja Un besazoooo1 :)
ResponderEliminarque intrigaaa :0 quiero saber ya como continua!
ResponderEliminarfeliz dia de san valentin a ti tambn!
me da pena dario.. lo de no poder concentrarse por pensar en alguien pasa avecws :S
ay por favor que me muero de la emocion!!!! Sigue pronto
ResponderEliminarFeliz San Valentín!!
Besos...
tu lectora audaz <3
http://proximaparadatq.blogspot.com/ pasaros si podeis me gustaria saber vuestra opinion..Muchas gracias
ResponderEliminarMe encanta cada vez me sorprende mas y me has dejado con la intriga.... jaja
ResponderEliminarSigue así
Enhorabuena desde : http://arriesgateysefeliz.blogspot.com/
1beso
Me encanta tu novela! Es hermosa! Quiero que vuelva con Dario pero buenoo hay que darle emocion e intriga a todo no?
ResponderEliminar¿Quién será el misterioso chico que ha ido a visitarla?
ResponderEliminarJjajajjaj, sigo leyendo ^^
Besos, Amanda.