Se acercó a la muerte y le echó un pulso

Se sentó en el andén de esa vieja estación llena de gente y se puso los auriculares, aislándose de conversaciones anónimas alrededor de ella. Empezó a sonar una canción de Gossos y cerró los ojos, apoyando su cabeza contra los azulejos pintados con spray.

-Hola- sonrió ella y se dejo caer a su lado como cada tarde a las cinco y media. 
-Tan cerca de la muerte y aún así seguimos viniendo aquí-  él se giró al ver a su amiga.
-Los trenes pueden ser mortales, pero son protagonistas en muchas escenas de aventuras.
-Tú siempre tan optimista.
-Y tú siempre tan pesimista- soltó una carcajada y observó cómo llegaba el tren y se detenía justo delante de ellos-. Venga, vamos- se levantó y le alcanzó la mano.
-¿Y si mañana no volvemos a vernos más?- dijo él sin moverse del suelo y negó con la cabeza.
-¿Y si hay una nueva historia ahí dentro esperándonos?
-No seas ilusa- replicó ante las tonterías que estaba diciendo.
-¿Tienes miedo?- compartieron sonrisas y sintió algo dentro que le impedía negarse a tal locura.
-Yo nunca tengo miedo- no iba a dejar que le llamase negado. 
-Demuéstramelo- le retó ella y él se dejó llevar por la necesidad de cambiar su mundo.

Volvió a abrir los ojos y se encontró el tren llegar. ¿Una vez más iba a quedarse ahí, sin subirse al tren? . Tal vez necesitaba sentirle cerca para que esa imagen del accidente desapareciese de una vez de su cabeza, al fin y al cabo, había sido su culpa que él se hubiese ido. Se acercó lentamente a esas líneas amarillas que la separaban de la muerte y le echó un pulso.

"Res tornarà a ser igual 

i lluitarem fins al final. 

Un nou matí pot començar... 

si tanco els ulls me'n vaig al teu costat."