Lo posible para sentirle cerca

Los rayos de sol se colaron por los huecos de la persiana y pintaron la habitación a rayas. Incluidos sus cuerpos, perdidos entre las sábanas que hace unas horas habían sido testigos de tal amor. Esta vez él no había desaparecido en la madrugada, no la había dejado durmiendo al lado del vacío que él mismo acostumbraba a dejar, no había escrito una nota con un 'Te llamaré pronto' en la mesita del recibidor. Esta vez se limitó a esperar, a enfrentarse a esos ojos cautivadores que nunca se había dignado a observar detenidamente a primera hora del día. Sintió miedo por un momento al ver su piel frágil brillar tímidamente bajo la luz que llegaba desde la ventana y cerró los ojos de nuevo.

Sus ojos se abrieron lentamente y observó la silueta de aquel chico donde no acostumbraba a haber nadie. No se esperaba encontrarlo ahí todavía, normalmente se despertaba sola  con el simple recuerdo de la noche anterior. Se incorporó un poco en la cama sin hacer ruido y se quedó mirándole dormir. Se sintió como una niña pequeña, llena de inseguridades frente a tal belleza y, como si estuviese haciendo una travesura, se aproximó sigilosamente a él y se acurrucó en su pecho, haciendo todo lo posible para sentirle cerca.