Llueve. Llueve demasiado, los cristales están empañados, hace frío en la calle, pero estas paredes no dejan que se vaya el calor de la estufa eléctrica. Me pregunto si ha cambiado algo. Si soy sincera, han cambiado demasiadas cosas, algunas buenas, por desgracia, se han acabado. Siento que el tiempo ha pasado demasiado rápido, que se me escapa entre las manos, no puedo pararlo, me arden las manos si lo sujeto con fuerza y estiro en dirección contraria. No es justo que no podamos disfrutar de lo que nos hace feliz por un tiempo razonable, por muchas horas o días que sean nunca nos va a ser suficiente, porque sabemos que cuando se acabe, el mundo se derrumbará y caeremos con él. Porque si nos paramos a pensar un momento, nos daremos cuenta que hay miles de cosas que nos gustaría hacer, pero que no nos atrevemos a llevarlas a cabo por miedo a fallar, porque es blanco o negro, es todo o nada. Arriesgar, una palabra que muchas veces se nos queda grande, es posible que sea nuestra peor enemiga, pero, ¿por qué no hacer que sea la que nos ayude a seguir adelante, a conseguir lo que realmente queremos?
Llueve, los dos lo sabemos, así que ¿por qué no salir a la calle y mojarnos? Así que ven, dame la mano y aunque hoy llueve y el sol no nos sonríe, haremos lo posible para hacer que este día triste sea el mejor de nuestras vidas, tú serás mi paraguas.
Pero, ¿quién es él?
ResponderEliminarpobrecito!!! si él hace de paraguas tú no te mojas pero él sí!!! jajajajajajaja la ultima frase me ha descolocado un poquillo por eso pero me ha encantado, en serio!!
ResponderEliminarAlexia (:
Hola! Que mona, me estoy enganchando un monton a la historia. Me encaantaa!
ResponderEliminarPor cierto tengo un nuevo Blog, una nueva novela. Te espero, muchos besos desde:
loveelocked.blogspot.com
que bonito! ami lo de arriesgar no se da bien...
ResponderEliminarRepito la pregunta del primer comentario jajaja ¿quién es el?
Holaaaaaaaaaa! :) Hay un premio impaciente en mi blog que te pertenece :)
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