-¿Que has hecho qué?- No me lo
puedo creer.
-Sí, lo que oyes, ¿y a que no
sabes qué me he encontrado, o mejor dicho, qué he escuchado?- Oh, mierda… Nos
ha pillado. Me quiero morir.
-No, dime- intento parecer
calmada, indiferente.
-¡A una pareja haciéndolo
dentro!- sigue riendo. Yo no me río, mi cara ha cambiado por completo-. Dios,
no he podido evitar reírme, pero creo que no me han escuchado, normal, con el
jaleo que tenían- dice moviendo los brazos.
Oh, dios mío, eso digo yo, qué
vergüenza… Espero que nadie más lo haya
oído.
-Aunque no es la primera vez, el
año pasado también los escuché durante un tiempo porque, ¿te acuerdas que yo
hacía repaso en las horas libres? Pues tenía que pasar por allí.
-¿Pero has visto quienes eran?-
pregunto, esperando lo peor.
-No, pero es posible que fuesen,
¿sabes esa pareja del último curso? Da igual, pero creo que han sido ellos-
sigue riendo, tapándose la boca.
Suspiro. Menos mal que no nos ha
pillado. Se está riendo, pero si se hubiese enterado de que realmente éramos
nosotros, ahora estaría llorando. Me odiaría como a nadie en el mundo. Buf… Me
siento fatal.
Caminamos hacia la salida, yo
tengo que coger el autobús, mi hermana no me quiere llevar porque dice que se
le hace tarde, ella ya va a la Universidad.
Me despido de Carolina y voy
hacia la parada de autobuses.
Entrando al autobús
(Darío)
Al final he llegado tarde y he
tenido que coger el de la hora después, porque el profesor me ha parado y me ha
dicho que podría ir mañana a buscar la nota. Me he entretenido y al final he
perdido el autobús. Enseño mi bono y entro, no hay casi nadie, sólo una pareja
al fondo. Me siento por el medio y apoyo mi espalda en el cristal. Estoy
cansado, no de andar, sino por todo lo que ha ocurrido. El examen y la llamada.
Esa llamada que me ha dejado con mal cuerpo y no me deja quitármela de la
cabeza. Ella está aquí, en mis pensamientos, de forma muy intensa, más que
nunca. El autobús arranca y deseo que no pare nunca. Necesito desconectar de
todo, de todos. Podría decir que soy un privilegiado, porque no tengo que ir a
la universidad, sólo estudiar por libre y luego presentarme a los exámenes.
Pero eso no quita que pueda estar cansado. Ojalá pudiese dormirme aquí mismo.
El autobús reduce la velocidad a medida que se acerca a otra parada. Un grupo
de chicos y chicas adolescentes suben. Es entonces cuando la reconozco. Allí
está, entre el gran grupo que entra. La chica de ojos azules de esta mañana
paga y camina por el pequeño pasillo. Me mira unos instantes y se sienta en el
asiento de delante de mí. Saca un libro y empieza a leer “Amore 14” de Federico Moccia.
En un autobús, a escasos
centímetros (Mara)
Está detrás de mí y siento su
respiración detrás del sillón de plástico. Saco mi libro y empiezo a leer, o
mejor dicho lo intento, porque teniéndole tan cerca me es imposible
concentrarme. Es muy guapo. Pero no es sólo eso lo que no me deja concentrarme.
Lo que ha pasado hace una hora no para de rondar por mi cabecita. Ojalá todo
fuese más fácil. Me he dejado llevar por mis sentimientos y he dejado de lado
todo lo demás, mis problemas, mis responsabilidades ante una amiga. Lo mío con
Carlo es algo imposible, en su tiempo no pudo ser y ahora menos. Pero, para qué
engañarme, todavía sigo enamorada de él. Y lo que ha pasado hoy no ayuda mucho
a concienciarme de que no puede ser. Me tiemblan las manos y se me nubla la
vista. Aquí no… Pero es inevitable, mis ojos no pueden aguantar y derraman
millones de lágrimas. Me tapo la boca con la mano para no hacer ruido y miro
hacia la ventana, para que nadie se percate de que estoy llorando. Cuando le he
dicho a Carlo que no quería nada con él no me creía ni lo
que estaba diciendo. Carolina no se merece que yo le haga esto, me siento la
peor persona del mundo.
-¿Estás bien?- unos ojos se asoman por el hueco entre la ventana y mi
asiento.
Le miro y le veo.
Detrás de ella (Darío)
Está llorando y parece muy triste.
Me mira y asiente volviendo a mirar al frente. No la creo en absoluto,
no puede estar bien alguien que está llorando.
-¿Seguro?- insisto. El autobús se para en seco y la chica se levanta.
Corre hacia la puerta y baja, sin decir ni adiós. Me levanto y voy tras
ella. Va rápido, pero puedo alcanzarla.
-¡Espera!- grito para que me oiga-. ¡Espera!- digo poniéndome a su
lado.
Ella se para y me mira. Está muy triste, sus ojos la delatan. Seguro
se pregunta qué hago yo allí. Pero no dice nada. Sólo se limita a acercarse y
abrazarme. Su reacción me sorprende, pero no me separo, seguro que necesitaba
abrazar a alguien. La estrecho bien fuerte y sigue llorando desconsoladamente.
Así durante unos minutos. Cuando consigue calmarse un poco nos sentamos en un
banco.
Sentada en un banco, junto a él (Mara)
Me siento extraña. Él se ha preocupado por saber si estoy bien o no.
Ahora estoy mejor…
-¿Estás mejor?- dice serio. Es guapísimo.
-Sí- a la vez que asiento con la cabeza. Esbozo una leve sonrisa para
darle a entender que realmente estoy mejor. Él me ha hecho sentir mejor.
Necesitaba ese abrazo. Su rostro se relaja.
A su lado, mirándola (Darío)
Pi… Pi… ¡Qué solicitado estoy hoy! Busco el móvil en el bolsillo de mi
chaqueta y descuelgo.
-¿Sí?- respondo.
-¡Darío! Soy Leo, necesito que vengas esta tarde al campo, necesito
hablar contigo- es mi entrenador de fútbol.
-Está bien, ahora voy para allí- cuelgo, guardando de nuevo el móvil.
La chica me mira expectante.
-Perdona, pero tengo que marcharme. ¿Nos veremos?
-Seguro- sonríe sin dejar de mirarme.
-¡Ah! ¿Cómo te llamas?- grito, ya más lejos de ella.
-¡Mara! ¿Y tú?
-¡Darío! ¡Ciao!
-¡Ciao! ¡Y gracias!
¡¡Lo siento, lo siento, lo siento!! No he podido publicar nada durante toda esta semana, he estado de viaje en Italia y no he tenido el ordenador :( Llegué ayer por la noche y estoy cansada... Espero que os haya gustado el capítulo, ¡a ver qué pasa! jaja ¡¡Un beso muy muy grande a todos/as!! Os echaba de menos :( Muchísimas gracias, en serio, por seguirme, me encanta ver vuestros comentarios, ¡¡me animan mucho!! ¡¡¡Ciao!!!
Me encanto como siempreeeeeee :) Buf, menos mal que no los pilló, pero como se entere... la que se lía. Y Dario, si que debe de ser guapo carai jajajaja que riquiño, Un beso, sube pronto :) Un abrazo de oso ^^
ResponderEliminarEN ITALIA!!!!! Jo que morro !! yo casi no salgo ni de mi casa jajajajaja
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el capitulo... esto empieza a ponerse muy pero que muy interesante!!
Un besooo
Alex <3
Premio en mi blog: Si te vas no vuelvas :) Un beso :D
ResponderEliminar¿Y qué les pasará a los otros dos?
ResponderEliminar¿Y qué les pasará a los otros dos?
ResponderEliminarque suerte haber estado en italia! espero que en una entrada nos cuentes todo! de verdad, italia, es mi país preferido por excelencia... Ains, que suerte!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho este capítulo! Que fuerte... A ver como acaban Mara y Dario!
¿Eres italiana?
ResponderEliminarA mí me encanta Italia, he estado bastantes veces allí y me parece un sitio precioso.
Besos, Amanda.