¡¡Buenas noches!! Recordad que mañana es... ¡¡¡22M!!!
Por si no sabéis a qué me refiero, os lo explico, veréis...
Supongo que muchos de vosotros conocéis a Blue Jeans (Francisco de Paula) o quizá habéis leído alguno de sus increíbles libros, pues mañana es un día muy esperado por él y por todos sus seguidores/as, y es que mañana se publica su cuarto libro, sí, ¡Buenos días, princesa! ¿Ya sabéis a qué me refiero? Yo estoy deseando que sea mañana para correr hasta la librería más próxima para poder tenerlo en mis manos :D ¿Y vosotros? Espero que también jaja Bueno, supongo que no os parece raro que yo os hable de él, ya os he dicho en varias ocasiones que es mi escritor preferido y bueno, os dejo la imagen de la portada para que podáis encontrarlo :)
¡Un beso!
Capítulo 21
En ese conocido baño averiado (Mara)
Suspiro a la vez que él. Nos miramos a los ojos y él me da un rápido
beso en los labios, creando una gran insuficiencia en mí, que provoca un deseo
de más besos. Pero me aguanto, ya es tarde y es posible que alguien nos vea,
corremos ese riesgo siempre que estamos juntos. Cómo odio esta sensación de
haber hecho mal.
-Estaría así toda mi vida- dice muy cerca de mis labios, rodeándome la
cintura con sus fuertes brazos.
-Y yo, pero es imposible- bajo la mirada, observando la punta de mis
pies.
-Mara, nada es imposible- sonríe-. Carolina es muy buena chica, los
dos lo sabemos, pero te quiero a ti, a ella no.
-No, no… No puedes dejarla. Ella está muy ilusionada y no quiero
perderla.
-¡Pero piensa un momento en nosotros, Mara! ¡Sólo en nosotros dos! Por
lo que más quieras…- me sujeta la cara con firmeza, obligándome a mirarle. Sus
ojos verdes me miran desesperados, buscando una respuesta que no sea un no.
-No sé qué pensar ahora- intento aguantar las lágrimas- Te quiero, sí,
te quiero, pero Carolina es mi mejor amiga, no le puedo hacer esto.
-Ya lo has hecho, ya lo hiciste hace tiempo- se me crea un nudo en la
garganta-. No hace falta que se entere. Mira, ¿por qué no hacemos lo que
hacíamos antes, a escondidas? pero por favor, no me digas que esto se ha
acabado.
-Le he traicionado, lo sé, pero no poder estar contigo delante de la
gente no me deja vivir bien conmigo misma, me siento una delincuente.
-Mira, hagamos una cosa, yo mañana iré a la cita con Carolina y
hablaré con ella, le diré que he conocido a otra chica y que la dejo.
-Oish… ¿Por qué todo es tan difícil?- me abrazo a él, apoyando mi
mejilla en su camiseta, dejando salir todas las lágrimas acumuladas.
A la espera del próximo autobús, al lado de la universidad
No me cuadra nada. Si tuviese novia no se comportaría así conmigo. Me
transmite mucha confianza, aunque quizá sólo me quiere para un rollo. Buf…
Tengo miedo a ilusionarme, no quiero caerme luego. Pero es que su mirada es tan
especial y me hace sentir tan bien… Estoy hecha un lío… Y esa llamada me ha
hecho desconfiar bastante… Quizá estoy viendo cosas donde no las hay. Creo que
lo mejor es dejarlo estar ya si no quiero pasarlo mal…
Un chico viene hacia la parada y se apoya en las paredes de plástico
que la forman. Me mira unos segundos y le dedico una leve sonrisa. Él hace lo
mismo y saca un cigarro del bolsillo. Lo enciende y me ofrece otro.
-No, gracias- digo mirando el cigarro.
-¿Estás segura?
-No, no enserio, gracias pero no- intento sonreír.
-Está bien, no insisto- dice guardándolo.
Se sienta en el mismo banco que yo, el único que hay en la parada, y
se frota las manos antes de volver a sujetar el cigarro humeante. El viento
choca violentamente contra mis mejillas, seguramente ya sonrojadas a causa del
frío. Me coloco mejor la bufanda, intentando tapar las orejas que apenas
siento. Todavía no hemos llegado a noviembre y hace un tiempo escalofriante. Es
raro de Barcelona.
El autobús no tarda en llegar. Enseguida estoy en el fondo del
autobús, a una temperatura considerable que me deja deshacerme del abrigo. Me
siento apoyando los pies en el respaldo del asiento de delante, de momento
vacío.
El chico del cigarro está a unos metros de mí, con los pies en el
asiento de al lado y apoyando la cabeza tapada con un gorro gris en el cristal
empañado. Me mira unos instantes y yo aparto la mirada, evitando esos ojos
color miel. Saco mi móvil y suspiro. Ni un mensaje. Vuelvo a mirar en su
dirección y veo que hay algo escrito en su ventana. “HolaJ” río y le miro. Está sonriendo, frunciendo los labios, como si no
quisiese sonreír. Me siento mejor en mi asiento, me giro hacia mi ventana y
escribo lo mismo sonriendo. Me siento como una niña pequeña cuando iba en el
coche y dibujaba en el cristal, provocando un enfado en mi madre porque según
ella lo ensuciaba. En esos tiempos no tenía preocupaciones, sólo qué color
elegir para pintar el vestido de la muñeca que dibujaba cada tarde al llegar a
casa. Pulso el botón para solicitar la parada y espero para que no me pase como
esta mañana. Cuando el conductor aparca, me levanto con cuidado a la vez que me
pongo el abrigo de nuevo. Digo adiós al chico de ojos miel con la mano y bajo
del autobús sabiendo el frío que me espera afuera. Meto mis manos en los
bolsillos concienciándome que en cuanto baje todos los escalones tendré que
correr hasta el portal. Cuando siento el asfalto en la suela de mis botas
empiezo una carrera, a la vez que busco el llavero. Abro la puerta y entro
rápidamente. Nina viene a saludarme, dándome con las patitas en la espinilla.
-¿Ya has vuelto?- dice mi madre saliendo de la cocina sorprendida.
-Sí, era corto- digo sentándome en una de las sillas de la cocina.
-¿Mañana es cuando vas con el chico que vino ayer a casa?- dice mi
madre preparándose un café.
-Sí- digo mirando al suelo-. Mamá, me voy a mi habitación que tengo
que hacer una cosa- digo acordándome.
A cientos de quilómetros (Carlo)
Se ha calmado. Hemos decidido perdernos la clase siguiente también.
Estamos sentados en un rincón del gran patio, en un rincón lleno de graffitis. Me
vienen muchos recuerdos. Hace ya varios meses, parece que ha pasado una
eternidad, aún así lo recuerdo como si hubiese pasado ayer. Estábamos en este
mismo rincón, pero la situación era diferente. Ese día Carolina no había venido
a clase y a la hora del patio me encontré a Mara sentada como está ahora, con
las piernas cruzadas, con la música de los cascos a todo volumen. Cuando me vio
acercarme aflojó el volumen y se quitó un auricular.
Cerca de él, en ese rincón (Mara)
Este lugar me recuerda al día en que él se me acercó a la hora del
patio, el día que empezó todo. Vino hacia mí y me preguntó qué escuchaba. Le
pasé el auricular derecho después de que se sentara a mi lado y escuchó atento.
Era una canción que no me he atrevido a escuchar más desde que lo dejamos: Il regalo più grande. Él me dijo que la
conocía, que le gustaba al igual que a mí. Nos quedamos así, escuchando la
canción, en silencio, observándonos de reojo y sonriendo tímidamente. La gente
ya empezaba a entrar a clase, pero nosotros no nos movimos. Al cabo del rato
nos levantamos y nos fuimos a dar un paseo por el instituto hasta llegar al
baño averiado. Estuvimos hablando de todo y de nada, riendo, acariciándonos,
besándonos.
Ahora no.
-¿Te acuerdas?- dice mirándome a los ojos a la vez que me agarra la
mano.
-No lo voy a olvidar nunca-apoyo mi cabeza en su hombro.
Carlo coge su móvil con la mano que tiene libre y busca algo. A los
pocos segundos suena una canción conocida por los dos. Suspiro, cerrando los ojos,
volviendo a recordar lo que pasó ese día. Él me mira con los ojos brillantes,
esos ojos verdes lucen como nunca. Le doy un beso lento en los labios,
acercándome más a él, pero interrumpido por una voz femenina.
Pobre Carolina, no se merece que la engañen así...
ResponderEliminarPor cierto, ¿quién es la que va en autobús?
Aroa :)
EliminarVale, gracias :)¡AH, y que te aproveche el libro!
EliminarOh,oh... ¡Como sea Carolima me da algooo! Dios no, por favor, ajajajajjaja (aunque sería muy interesante jejejeje) Para empezar, yo también estoy deseando leerme el libro jijiji. Yo creo que Mara debería decirle a Carolina ya lo que pasa, ¿no crees? Todos tenemos derecho a la verdad...Bueno, que casi te mato al terminar el capítulo, pero quién? QUIÉN? LOS INTERRUMPE?? un beso muy grande y sube pronto, o me provocarás un infarto ajajaja ;)
ResponderEliminarjajaja
Eliminar¡Aaah! No puedo decir nada jaja
Tendrás que esperar hasta la semana que viene, que colgaré como siempre el siguiente capítulo :D
¡Un beso!
¿¿¡¡Una semana entera!!?? ¡No podrías hacer una pequeña, pequeñísima, ínfima excepción por nosotros y colgar el caítulo AHORA MISMO?
ResponderEliminarDios mío, y pensar que hace 3 días que podría haber leido el capítulo... Definitivamente, odio los exámenes...
Supongo que me resignaré hasta la semana que viene... espero que te guste el libro, yo también quiero leerlo!!
Besoooooos
Alex ;)
No sé si me parece bien lo que le está haciendo a Carolina,
ResponderEliminares su mejor amiga :S Yo jamás le haría algo así.
Besos, Amanda.